Colau: «El discurso catastrófico sobre mi gestión va a menos»
La alcaldesa augura que la medida de las 50.000 viviendas de la Sareb para alquiler asequible anunciada por Pedro Sánchez «no tendrá impacto en las grandes ciudades».
Ada Colau visitó ayer el Cercle d’Economia, un foro en el que es probable que muchos de los que acudieron a escucharla discrepen profundamente de sus tesis, y en el que quizá no sume muchos votos, o ninguno, pero que le es más amable, por decir algo, de lo que podría resultarle el Círculo Ecuestre. La alcaldesa empezó repasando sus dos mandatos al frente de la ciudad, destacando especialmente un mensaje que podría resumirse así: tan mal no lo hemos hecho. Pero no son sus palabras exactas. Lo que ella dijo fue: «Puedo entender que pudieran haber dudas sobre qué podíamos aportar a la ciudad». Dudas disipadas
A continuación, argumentó que la realidad indica que esas dudas ya no tienen sentido. Advirtió contra las voces críticas sobre la labor de su gobierno, en el sentido de considerar que es hora de «desmentir los discursos catastróficos, que van a menos». «El modelo económico de Barcelona funciona, gracias a todos». Pero defendió que algo tendrá que ver el gobierno de la ciudad si los datos económicos son buenos.
Subrayado que el ayuntamiento ha sido la institución más estable, que ha aprobado los últimos cuatro años por mayoría absoluta. Y ante alguna duda de uno de los moderadores, Oriol Aspachs, sobre si todo va tan bien, Colau se encendió un poco: «La gestión municipal ha sido impoluta».
La alcaldesa agregó: «Llegamos hace ocho años. No tenía experiencia institucional ni tampoco en un partido político. Fue de vértigo ganar la alcaldía. Estaba por demostrar si podríamos gestionar. Ocho años después se ha visto que había que enderezar un modelo (el de Xavier Trias i CiU) que no era bueno para la ciudad, muy orientado al monocultivo turístico».
Repasó medidas tomadas, como el combate contra los pisos turísticos ilegales y afirmó que ve el turismo como un «activo» siempre que sea «sostenible» y no genere «desequilibrio». Destacó la gestión municipal de la pandemia y el hecho de que el Mobile World Congress se quede en Barcelona.
Le preguntaron por la medida del 30% de vivienda social en promociones y rehabilitaciones. Una de las asistentes le interrogó sobre la conveniencia de una norma que ha dado 120 pisos a la ciudad por ahora (la asistente dijo una cifra menor y Colau la corrigió) y que ha hecho que parte del sector de la construcción operara menos justamente por la norma.
Alquileres topados
La alcaldesa empezó toreando el tema, para acabar afirmando que la voluntad es mantener la norma, con la convicción de que con el tiempo se normalizará y será aceptada. Quizá, dijo, limitará el beneficio, pero no lo impedirá: «La idea es que todos ganen, de forma equilibrada». También defendió la bondad del límite en la subida del alquiler que fijará la ley de la vivienda. Quizá los temas en los que más discrepancia mantiene con los que la escuchaban.
También aseguró, ante el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que 50.000 viviendas de la Sareb se destinarán a alquiler asequible, que esta medida no tendrá un gran efecto: «Estoy a favor, pero no tendrá impacto en las grandes ciudades». La alcaldesa lamentó las pocas viviendas que ha dado a la capital catalana el que fue conocido como el banco malo: «En grandes ciudades como Barcelona hay muy pocas (viviendas cedidas por la Sareb) y de muy poca calidad». El debate del tranvía también tuvo su espacio en el Cercle d’Economia. Colau afirmó que es de «sentido común» unir los tranvías, y que es el mejor sistema para la Diagonal, por delante de los autobuses eléctricos que postula Xavier Trias. ■