«Le pido al Govern que afronte los problemas de vivienda y movilidad»
El alcalde de Cornellà (PSC) hace balance del presente mandato pronunciándose sobre retos como la seguridad local o el cierre del centro comercial Llobregat Centre.
— Lleva 19 años siendo alcalde de Cornellà. ¿Qué le queda por hacer?
— Siempre quedan cosas. Cada vez que respondemos a una pregunta aparece otro interrogante. Lo importante es sentir que estás trabajando conjuntamente con un equipo para transformar tu ciudad. Y te tienes que sentir motivado, útil. Creo que todos esos ingredientes a mí en estos momentos me motivan y me generan un camino de esperanza para la ciudad.
— De ser reelegido, ¿hará como otros cargos del PSC y dejará paso a su relevo a medio ciclo?
— No: tengo muy claro que cuando uno se presenta es para cuatro años, a no ser que aparezca una situación que no depende de ti.
— ¿Echa en falta más colaboración de la Generalitat con Cornellà y el ámbito metropolitano?
— Nunca he sido crítico con el Govern de la Generalitat. He puesto más el acento en que lamentaba las ausencias porque sus agendas estaban ocupadas con otras finalidades. Lo único que le pido a la Generalitat es que se preocupe de afrontar los problemas de las ciudades respecto a la movilidad o la vivienda. Ahora que hablamos de la sequía, sin el trabajo que hizo el último gobierno tripartito y todo el que se ha hecho en el Àrea Metropolitana de actuar en temas de regenerar el agua, difícilmente estaríamos hoy en la situación que estamos.
— Cornellà ha sido uno de los últimos municipios en presentar su plan antisequía.
— Bueno, parece que Catalunya tampoco ha presentado sus deberes: es irónico que quien nos quiere controlar es el peor de la clase. El plan de sequía es muy sencillo: esta es una de las ciudades en las que menos litros por habitante se consume. No creo que uno pueda estar siempre diciendo que la culpa o la tiene Madrid o la tienen los ayuntamientos o los ciudadanos.
— Hablemos del Llobregat Centre, que ha cerrado tras casi 30 años. El ayuntamiento impulsó en sus inicios los comercios locales. ¿Qué respuesta les ofrece ahora?
— No se les puede dar porque es un espacio privado. Ya he manifestado mi preocupación de que un espacio tan grande no tenga ningún tipo de actividad, pero es obvio que hasta que los propietarios no se pongan de acuerdo entre ellos difícilmente el Ayuntamiento va a poder intervenir.
«En esta ciudad hay 3.000 solicitantes de vivienda. La vivienda no es una nube, se construye»
— Los datos de inseguridad siguen bajando. Y los datos de lo que significa gestionar hoy la seguridad a través de la tecnología demuestran que este sistema que tenemos en la ciudad, compartido con otras, resulta positivo. Creo que es importante adaptar las nuevas tecnologías a la gestión de realidades como la seguridad, y que implica además rebajar la percepción. Una de las cosas que nos planteamos es una gestión de la seguridad a través de la tecnología. Una combinación entre el móvil, las cámaras de seguridad de la ciudad y la intervención activa por parte del ciudadano. Creo que eso va a contribuir a la prevención.
— ¿Cómo pretenden extender el sistema M7 al ámbito metropolitano?
— No hablamos del sistema M7, sino de un sistema integral de seguridad. He puesto un ejemplo de lo que existe, pero eso no implica que se tenga que replicar en el área metropolitana. Lo que sí que hay es un trabajo hecho por los ayuntamientos y el AMB de dejar las bases para poder iniciar en el próximo mandato la constitución de este sistema. Que en ningún caso tiene que ver con policías, tiene que ver con la detección o a la percepción en torno a las políticas de seguridad.
— Dice que las ciudades son seguras y «el problemas es de percepción». ¿Al poner el foco en la seguridad no se adopta el argumentario de la extrema derecha?
— No, llevo años haciendo estas políticas de seguridad. Cuando hablamos de seguridad, hablamos de una convivencia pacífica, de frenar conductas que degradan el espacio público. Entiendo que cuando se habla de seguridad se asocia a policía o delincuencia. De ahí que nosotros trabajemos en este ámbito más tecnológico o con los serenos. En lo que no queremos caer es en el juego de generar bulos, estereotipos o estigmas que no compartimos.
— También se trasladará al próximo mandato el Área Residencial Estratégica (ARE) Ribera-Salines, que entidades ecologistas tachan de «plan urbanístico obsoleto». ¿Necesita Cornellà más vivienda?.
— Este no es un tema que esté en la agenda. Se aprobó el año 2010. Del 100% del espacio, se edifica un 15% y el 85% son reservas. Ahora, ¿si la gente de Cornellà necesita más vivienda? Tienes una respuesta obvia. Los que se oponen son los que tienen la vida resuelta.
— Más allá del ARE, ¿es compatible? —
En esta ciudad hay 3.000 solicitantes de vivienda. La vivienda se fabrica, se construye. No es una nube. Ante esta demanda, la ciudad tiene que saber dar respuesta. En lo que ocupa Ribera-Salines, es un 15%. Y el 80% es vivienda asequible-social.
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