La OTAN entreabre la puerta a Ucrania, pero no concreta fecha
▶ Stoltenberg advierte de que la prioridad ahora es que el país gane la guerra contra Rusia ▶ El secretario general visitó la mayor base de EEUU en Europa
La OTAN está dispuesta a entreabrir un poco más la puerta a un futuro ingreso de Ucrania, pero sin marcarse fechas concretas y sugiriendo que esto ocurrirá cuando haya ganado una guerra en la que la Alianza Atlántica está, de facto, cada vez más implicada. «Ucrania tiene un puesto en la OTAN. Ahora lo fundamental es que gane», afirmó ayer su secretario general, Jens Stoltenberg. Para ello es fundamental «abordar una y otra vez algo tan aburrido como la logística», añadió en la apertura de la reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania.
Se celebraba como en las anteriores citas en Ramstein, la mayor base militar de EEUU en Europa. Acudían ministros, secretarios de Estado y otros representantes de 50 aliados occidentales de Kiev, entre ellos, la titular española de Defensa, Margarita Robles. Por logística entienden Stoltenberg y el resto de los presentes, material militar. Tanques, munición o, en el caso de los socios polacos, también los cazas de fabricación soviética MiG-29. El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, cerró la sesión anunciando un supertaller para los Leopard en territorio polaco, cerca de la frontera con Ucrania. El secretario de Estado de EEUU, Lloyd Austin, avanzó que en pocas semanas llegarán a territorio alemán los Abrams, los carros de combate estadounidenses equivalentes a los Leopard germanos.
Desde ahí se brindará la instrucción previa a soldados ucranianos en su manejo, como se hizo con los Leopard 2 antes de enviarlos a Kiev. Tanto Pistorius como Austin insistieron en que lo prioritario es apoyar la defensa antiaérea ucraniana. Algo que para Varsovia o Kiev remite a la lentitud exasperante en la toma de decisiones que desde el inicio de la guerra se atribuye principalmente a Berlín. En Ramstein confirmó Stoltenberg que había invitado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para acudir a la próxima cumbre de la OTAN en Vilna, la capital lituana. Que acuda o no el invitado estará obviamente sujeto a la situación en el frente.
La reunión en la base estadounidense estuvo precedida por la visita «sorpresa» de Stoltenberg a Kiev el jueves. Que el secretario general de la Alianza estrechara la mano a Zelenski en la capital ucraniana fue rápidamente utilizado por Moscú para alimentar su argumentario de que se está tratando de «arrastrar» a ese país al bloque euroatlántico. «La OTAN sigue mostrando su esencia agresiva, de la que advertíamos antes del inicio de la operación militar especial», afirmó desde Moscú un portavoz del Kremlin ayer, en paralelo a la reunión de Ramstein. La llegada de Stoltenberg a esa base militar estadounidense, convertida en cuartel general operativo para el apoyo militar a Ucrania, dio continuidad a los contenidos expresados el día anterior en Kiev. Ahí confirmó el secretario general de la OTAN la invitación a Zelenski para la cumbre en Lituania, país que, como el resto de los bálticos y Polonia, reclaman el máximo apoyo a Ucrania e incluso un ingreso «exprés» en el bloque.
«El futuro de Ucrania está en la familia euroatlántica», aseguró Stoltenberg en la base de Ramstein
La cumbre de Vilna
«Le invité a la reunión y me alegro de que haya aceptado», afirmó Stoltenberg en la reunión del Grupo de Contacto. «El futuro de Ucrania está en la familia euroatlántica», añadió a continuación. A modo de mensaje de saludo, el secretario de Defensa estadounidense Austin insistía en la determinación de los aliados occidentales a mantener todo el apoyo a Kiev «para protegerse de los misiles rusos».
En Vilna debe formalizarse cómo se abre esa puerta a Ucrania, aunque el camino será distinto al iniciado el año pasado, en Madrid, con Finlandia y Suecia. Con estos dos socios de la Unión Europea (UE) la cuestión era relativamente fácil: cumplían objetivamente todas las condiciones previas para su integración, además de tener de antemano la condición de país «asociado». Finlandia logró la adhesión como miembro de pleno derecho en un tiempo récord, unos 10 meses . Suecia sigue pendiente de que Hungría y Turquía retiren sus objeciones a su ingreso. Ankara insiste en exigir de Estocolmo la extradición de lo que considera «terroristas» kurdos, acogidos en territorio sueco.
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