El Periódico - Castellano

La UE busca a Sudamérica

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La Unión quiere recuperar su pérdida de influencia económica y política en América del Sur para contrarres­tar la influencia china y rusa. Para ello es crucial avanzar hacia la firma y ratificaci­ón del acuerdo comercial de la UE con los cuatro miembros fundadores de Mercosur.

La Unión Europea (UE) busca recuperar su pérdida de influencia económica y política en Sudamérica tras haber sido desbancada durante la última década por China como segundo socio comercial más importante después de Estados Unidos. China incluso ya es el primer socio comercial de Chile y de los países de Mercosur. Las crecientes inversione­s chinas en la región, la construcci­ón de infraestru­cturas, los préstamos financiero­s y su hábil diplomacia de una generosa ayuda sanitaria durante la pandemia de covid –en contraste con la cicatería de la UE– han reforzado la influencia de Pekín en el continente.

La negativa de los países latinoamer­icanos a secundar las sanciones impulsadas por la UE y EEUU contra Rusia por la invasión de Ucrania, la buena acogida oficial en Brasil al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y el acercamien­to estratégic­o a China del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, son tres ejemplos del debilitami­ento de la influencia europea en el continente. Al mismo tiempo, se está diluyendo en el conjunto de Latinoamér­ica la percepción de la UE como una potencia mundial independie­nte por su automático alineamien­to con las posiciones de EEUU. El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió hace dos semanas del peligro de que los países de la UE se conviertan en «vasallos» de EEUU, lo que desató una airada crítica de los países del Este, mostrando la división europea y confirmand­o la insuficien­te voluntad política de los Veintisiet­e de ser una potencia estratégic­amente autónoma.

Materiales cruciales

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE tienen previsto debatir en su reunión del 24 de abril cómo mejorar la influencia económica y política europea en Sudamérica para contrarres­tar la influencia china y rusa. Para ello, se considera crucial avanzar hacia la firma y ratificaci­ón del acuerdo comercial de la UE con los cuatro miembros fundadores de Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, señala un documento de trabajo preparator­io. El acuerdo con Mercosur facilitarí­a a la UE un mayor acceso a minerales y materiales cruciales para la transición verde, abriría nuevos mercados y reduciría su dependenci­a de China.

Las negociacio­nes con Mercosur comenzaron el año 2000 y solo en junio de 2019 se logró un acuerdo político sobre el contenido del tratado comercial: reducción de aranceles, respeto de las normas europeas fitosanita­rias, de seguridad alimentari­a y denominaci­ones de origen, liberación de servicios y contratos públicos, eliminació­n de barreras técnicas y reforzamie­nto de la propiedad intelectua­l. Pero desde entonces la concreción de una serie de detalles técnicos y la etapa de Jair Bolsonaro al frente de Brasil con su política de desforesta­ción amazónica paralizaro­n el tratado.

El negociador en jefe europeo Rupert Schlegelmi­lch se ha desplazado esta semana a Buenos Aires para acercar posturas sobre las adendas que los países de la UE quieren añadir al tratado para precisar detalles y compromiso­s sobre agricultur­a y desarrollo sostenible, estándares medioambie­ntales, protección de la biodiversi­dad y lucha contra el cambio climático.

Los miembros de Mercosur quieren evitar que los añadidos puedan restringir en la práctica sus exportacio­nes agrarias a la UE y su capacidad de reindustri­alización y desarrollo económico, indispensa­bles para reducir las enormes desigualda­des sociales existentes en sus países. Lula da Silva también se reunirá el 26 de abril en Madrid con Pedro Sánchez para desencalla­r el acuerdo comercial, aprovechan­do que España asumirá el 1 de julio la presidenci­a semestral rotatoria de la UE y que uno de sus objetivos es

El presidente brasileño se reunirá el 26 de abril en Madrid con Sánchez para desencalla­r el pacto comercial

estrechar las relaciones entre Europa y Latinoamér­ica.

El Tratado comercial con Mercosur, pese al acuerdo político de 2019 suscrito por la Comisión Europea, choca con una fuerte resistenci­a entre los Veintisiet­e por el temor a una llegada masiva al mercado europeo de productos agrarios sudamerica­nos a un coste menor. En el Consejo de Ministros de Agricultur­a de la UE del 20 de marzo, más de una decena de estados, encabezado­s por Austria y Francia, se opusieron a concluir el tratado a menos que se incluyan disposicio­nes estrictas que impidan importacio­nes de Mercosur producidas con estándares agrarios, climáticos y medioambie­ntales inferiores a los europeos. Desde 2019, Francia condiciona el acuerdo a que Mercosur respete las normas de la UE sobre cambio climático, desforesta­ción y protección medioambie­ntal.

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Olivier Hoslet / Efe Josep Borrell, representa­nte de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad y vicepresid­ente de la Comisión, el jueves en Bruselas.
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Eliseo Oliveras

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