Francia aplaza a otoño la negociación de una polémica ley migratoria
«No es momento para impulsar un debate que podría dividir el país», afirma Borne
Monotonía, pocos anuncios y continuidad pese a la fuerte contestación social. La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, presentó ayer su agenda legislativa para los próximos meses. El anuncio de esta «hoja de ruta» se enmarca en la voluntad del presidente Emmanuel Macron de pasar página de la crisis por la reforma de las pensiones, una de las peores de su presidencia y que abocó su popularidad a sus niveles más bajos desde la revuelta de los chalecos amarillos en 2018. A pesar de la oleada de indignación, el dirigente centrista no quiere modificar sus políticas. Y eso se reflejó en la rueda de prensa de Borne, en la que no hubo anuncios significativos y se constató la actual debilidad del Ejecutivo.
Uno de los principales titulares de la comparecencia de la primera ministra fue que el examen parlamentario de una polémica ley migratoria queda aplazado para el otoño. «No es un buen momento
para impulsar un debate que podría dividir el país», reconoció Borne en la rueda de prensa, celebrada al mediodía desde el palacio del Elíseo después del Consejo de Ministros. En cambio, informó del envío de 150 agentes y gendarmes suplementarios para reforzar los controles fronterizos entre Francia e Italia.
Anunciado a la prensa el pasado noviembre, este texto pretende, por un lado, facilitar las expulsiones de migrantes en situación irregular o que cometan delitos graves y, por el otro, crear un permiso de residencia especial, con menos derechos que un permiso tradicional, para aquellos extranjeros que trabajen en profesiones con escasez de mano de obra. Según reconoció la primera ministra, aún no han llegado a un acuerdo sobre esta medida con Los Republicanos (afines al PP), cuyos votos necesita el macronismo en la Asamblea Nacional, donde no dispone de mayoría absoluta y la aprobación de otra ley relevante con el polémico decreto 49.3 resultaría muy impopular.
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