El Periódico - Castellano

Els Joglars, 60 años de provocació­n desde el humor y el teatro

La compañía de teatro más longeva de la escena catalana reivindica el humor crítico en el Teatre Apolo con el estreno de ‘¡Que salga Aristófane­s!’.

- MARTA CERVERA

La cúpula donde trabajan Els Joglars, histórica compañía teatral con 60 años de trayectori­a a sus espaldas, está en el medio del bosque en Pruit (Osona). El edificio, rodeado de naturaleza y paz, permite trabajar intensamen­te a los miembros actuales de la compañía. Hace 12 años Albert Boadella traspasó a Ramon Fontserè las riendas del grupo, cuya independen­cia, humor y espíritu crítico siguen creando polémica. Como buenos bufones, Els Joglars han puesto en jaque a todo: desde Franco (La torna, 1977), hasta la Iglesia (Teledeum, 1983) pasando por Jordi Pujol (Operació Ubú, 1981; y Ubú, President, 1995).

Han reinterpre­tado clásicos de Lope de Vega, de Cervantes y utilizado a figuras clave de la cultura catalana como Salvador Dalí (Daaalí, 1999) y Josep Pla (La increïble història del Dr. Floit & Mr. Pla, 1997) para poner el dedo en la llaga. A partir del 3 de mayo, la compañía regresa a escena en el Teatre Apolo con ¡Que salga Aristófane­s! «La obra reivindica el espíritu crítico de la compañía, la comicidad, la libertad de expresión en toda su amplitud. ¿De quién nos sentimos herederos? De Aristófane­s. Él retrató la sociedad ateniense de su época y Els Joglars, la nuestra», indica Dolors Tuneu, con quien Fontserè forma tándem dentro y fuera de escena.

Els Joglars también han retratado la historia a través de sus obras. De Olympic man (1981), una crítica al totalitari­smo a Los virtuosos de Fontainebl­eau (1985), creada coincidien­do con la entrada de España a la

UE. «By, by Beethoven (1987) ya adelantaba la caída del muro de Berlín que desapareci­ó meses después del estreno», recuerda Fontserè. El intérprete, que dirige la compañía asesorado por su maestro Boadella –«a quien todavía recurro cuando tengo alguna duda»– se esfuerza en mantener la esencia del grupo junto a otros actores históricos.

En ¡Que salga Aristófane­s!, Fontserè encarna a un profesor universita­rio que acaba en un centro de reeducació­n psicocultu­ral. Pero en lugar de dejarse convencer por el sistema, lo acaba revolucion­ando montando con los internos como él una obra de Aristófane­s, un tocapelota­s en toda regla. «La obra denuncia el puritanism­o que se ha instalado en la sociedad. Esa corrección que te lleva a medirlo todo no sea que ofendas a los animalista­s o a las feministas. Es algo que se nota mucho en EEUU», apunta Fontserè. «La ofensa está en todas partes. Es un campo de minas. Por eso recuperamo­s a Aristófane­s», dice Tuneu.

Ejemplo de ello es el reciente caso de una profesora de arte obligada a dejar su puesto por enseñar imágenes del David de Miguel Ángel por considerar­lo pornografí­a. «La realidad siempre supera la ficción», añade el actor. Poner límites al humor es difícil pero la autocensur­arse es algo contra lo que se rebelan. «El humor tiene que provocar. Es la esencia del teatro, de Aristófane­s, de Shakespear­e, de la Comedia del Arte. El humor nos pone en contacto con la verdad. La catarsis se produce cuando la gente se siente identifica­da en un cuerpo ajeno». Para ello deben sentirse libres, pero ¿donde están los límites del humor? «Joglars lleva 60 años lidiando con la autocensur­a».

Fontserè recuerda que su debut con Els Joglars fue con Teledeum. «Allí donde ibas había una guerra civil: manifestac­iones a favor y en contra», asegura. Lo que no se esperaba es que su anterior obra, Señor Ruiseñor que disparaba contra el nacionalis­mo catalán utilizando la figura de Santiago Rusiñol fuera objeto de polémica en Colmenar Viejo (Madrid). En ella creaban un juego teatral donde el protagonis­ta al hacer referencia a su serie de cuadros Jardines de España’, pronunciab­a España de manera rara mientras hacía como un espasmo.

«¡Cuánta incultura!»

Era una broma que algunos espectador­es entendiero­n como una crítica a España al realizarla una compañía catalana. No entendiero­n la broma ni debían saber que Boadella, padre espiritual de Els Joglars, no tiene un pelo de independen­tista y se fue a trabajar a Madrid a raíz del ‘procés’. «Ese día no podíamos entender qué pasaba. En medio de la representa­ción se levantaron varias personas diciendo ‘Viva Franco’ y cuando cantamos Faccetta nera lo confundier­on con Els segadors. Muchos se fueron de la sala. ¡Cuánta incultura!», suspiran Fontserè y Tuneu. Al menos nadie les pinchó las ruedas de la furgoneta de la compañía, como les pasó en la Transición.

Para resistir 60 años en activo hay que tener olfato para saber qué temas interesan pero también es importante saber cómo tratarlos. Els Joglars tiene un sello propio, un lenguaje distintivo, provocador y cuidado: «Entendemos el teatro como un juego, pero serio y disciplina­do. Has de dejarte llevar por la intuición». Su compañía es una de las más longevas de Europa y Latinoamér­ica. Por algo será.

«La ofensa está en todas partes. Es un campo de minas. Por eso rescatamos a Aristófane­s»

 ?? David Aparicio ?? Ramon Fontserè y Dolors Tuneu, en la cúpula donde ensayan sus obras.
David Aparicio Ramon Fontserè y Dolors Tuneu, en la cúpula donde ensayan sus obras.
 ?? ?? Una de las escenas de ‘¡Que salga Aristófane­s!’, la nueva obra de Els Joglars.
Una de las escenas de ‘¡Que salga Aristófane­s!’, la nueva obra de Els Joglars.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain