El Periódico - Castellano

Malestar de los socios por los abonos de Montjuïc

El exagerado e inesperado encarecimi­ento de los precios genera repulsa y dispara las futuras excedencia­s para subir a ver al Barça.

- JOAN DOMÈNECH

El aumento de los abonos del Barça para el traslado a Montjuïc ha provocado un impacto entre los socios. Por inesperado, porque no se había siquiera insinuado para tantear la opinión de los culés, y por oneroso. El incremento decretado por la junta se sitúa, en algunos carnets, en torno al 40% de subida.

La incomodida­d de ir al Lluís Companys, un estadio inhóspito, lejos de verse compensada, se agrava con el coste de los abonos. La visibilida­d es peor que la del Camp Nou, algo de lo que sí ha advertido la junta. Los consultado­s se inclinan por acogerse a la excedencia. Los 83.500 abonados tendrán 27.385 carnets reservados para ellos. Si hay más peticiones, habrá un sorteo.

«Pago tres carnets que pasan de 500 a 723 euros cada uno», cuenta Carles Jaimejuan, socio y padre de dos socios abonados. «Es un aumento importante que se une al aumento imparable del coste de todos los productos. Además, viniendo de fuera de Barcelona, ir a Montjuïc es una incomodida­d añadida», explica. Pero es comprensiv­o con la medida de la junta para disminuir la sangría económica que supone dejar el Camp Nou. «Entiendo que hay que ayudar a cuadrar números», admite, pero se acogerá a la excedencia.

También paga tres asientos Antoni Sancho, amigo de Jaimejuan. Se sienta detrás de la portería del Gol Sud. El coste de cada carnet, en su caso, se triplica, ya que no habrá distincion­es de primera, segunda o tercera gradería. De 200 a 723 euros cada uno. La mala visibilida­d se multiplica. La portería estará más lejos. «Lo encuentro muy caro, y segurament­e no los cogeré en Montjuïc. Los abonados hacemos un esfuerzo muy grande y merecemos que nos cuiden».

Mil euros más

«No solo me indigna la sorpresa por el incremento inesperado de los abonos, sino la sensación de que prefieren que no vayamos a Montjuïc para hacer negocio con clientes que paguen más», afirma Toni Alemany, con el mismo miedo, «cuando no la convicción», de que en el regreso al Camp Nou «las tarifas no volverán a ser las de ahora».

Alemany paga tres asientos y cuatro carnets de socio. Ha calculado, como abonado de Lateral Segona Graderia, que la factura total de 2.873 euros se elevará 3.838 euros. Sugiere una pregunta: ¿Irá una persona jubilada una noche de invierno a un partido de las 21.00 horas caminando o en funicular o en una lanzadera al estadio y llegar de madrugada a casa?

Ignasi Gimbert, de Gol Nord Tercera Graderia, opina lo mismo. «Te empujan a no ir a Montjuïc con estos precios disuasorio­s, para vender las entradas a los turistas», dice, sin haber tomado aún una decisión. Lo debatirá con su hermano Guim, con quien suele ir a ver el Barça. «Veo muy peligroso forzar a la gente a alejarse del equipo cuando luego querrás llenar un estadio con más de cien mil personas».

«Una cuchillada»

Jordi López Casals lo tiene claro. No irá tras conocer que el precio de su asiento –su zona, ya que no habrá asientos fijos– se dispara a los mil euros. Al precio y a la incomodida­d, como dicen todos, se añade en su caso que pasará periodos fuera de Barcelona. La aventura de ir al Barça no es tan atractiva. Toni Freixa, excandidat­o a la presidenci­a, subraya «el vacío existente en los estatutos» al no estar contemplad­o el cambio de estadio para «colar el aumento de los abonos». Entiende Freixa, por asimilació­n con el carnet de socio, debería ser aprobada por la asamblea de compromisa­rios. «Es una cuchillada al socio», considerab­a el martes por la noche, barruntand­o la posibilida­d de que el fin de la junta «sea convertir el estadio en un Port Aventura para los turistas y ganar más dinero».

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Georgina Roig Imagen de archivo de las gradas del estadio Lluís Companys

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