Las brujerías del Taty
Transitó Valentín Castellanos por las vías secundarias al ser rechazado en Argentina y no hallar sitio en Chile. Inició con el Torque de Montevideo la ruta que le llevó a Nueva York antes de recalar en el Girona para firmar ante el Madrid la noche perfecta: 6 tiros, 5 a puerta y 4 goles.
En el autobús, de vuelta a Girona, con los ojos vidriosos y sin encomendarse a nadie, cerró Valentín Taty Castellanos, un delantero argentino que nunca ha jugado en su país a nivel profesional, sus cuentas en las redes sociales. Apenas eran 100 kilómetros hasta su casa, situada a las afueras de Girona, donde vive con Agus, uno de sus cinco hermanos. Taty es el más pequeño de la familia. Cien kilómetros que le parecieron mil, atormentado como iba por su error ante Ter Stegen.
Solo estaba el nueve del Girona en la pradera del Camp Nou y, de pronto, la portería se le hizo diminuta y el balón le resultó ingobernable. Un tiro fácil para alguien como él, obsesionado del trabajo, que esculpe su cuerpo en el gimnasio de su hogar, donde se pasa horas y horas tal si fuera una réplica de la meticulosidad física de Cristiano, se transformó en un disparo depresivo.
Michel y sus compañeros lo arroparon en el vestuario del Camp Nou. Pero no había consuelo alguno para el Taty, un genuino producto de la factoría City. Nacido en Mendoza («me acuerdo mucho de mi gente, que está siempre conmigo, imaginaba marcar un gol al Madrid y han sido cuatro, ha sido una noche soñada», fueron sus primeras palabras tras el póquer al equipo de Ancelotti), pero debió cruzar (tenía 17 años) la cordillera de los Andes para jugar en la Universidad de Chile, donde llegó a debutar en un partido de Copa Suramericana ante el Corinthians. Apenas 15 minutos. Y, de nuevo, el olvido. Mendocino del departamento de Guaymallén, jugó primero en Independiente de Rivadavia antes de formarse en el Leonardo Murialdo. Pero era despreciado por los grandes clubs de Buenos Aires.
Chile, Uruguay, EEUU y Girona
Ni River ni Lanús lo quisieron. Esa gestión de Diego Rivarola le llevó a La U de Chile. Pero su físico, entonces liviano, no le ayudó demasiado. Demasiado «flaquito» era.
Al menos, se reconcilió con su padre, al que hacía siete años que no veía. Diego, su padre, estaba en Chile. Y allí vivió el Taty con su progenitor y su esposa en vez de la pensión que le ofrecía el club chileno. Pero no jugaba en La U y apareció al rescate el Montevideo Torque City de Uruguay, que jugaba en la segunda división charrúa. Nadie en Argentina preguntaba por el Taty. Ni lo conocían. El viaje citizen prosiguió luego en el New York City, acurrucado en seis valiosos meses de convivencia con David Villa. Llegó como extremo izquierdo, jugando a pierna cambiada, pero Domènec Torrent, quien fue durante 10 años ayudante de Pep Guardiola en Barça B, Barça, Bayern y City, le hizo debutar como extremo derecho, antes de ubicarlo de nueve.
El ojo de Joan Patsy
Ahí, oculto en el anonimato futbolístico que proporciona la Gran Manzana, se edificó un delantero más que interesante, obstinado como andaba Joan Patsy, experiodista de EL PERIÓDICO y TV-3, convertido desde hace años en el hombre que controla el mercado sudamericano para el City, en abrirle las puertas de Europa. Sí, la misma persona que recomendó a
Julián Álvarez, ahora campeón del mundo, a Guardiola. Es más. River Plate quería al Taty para suceder a Julián. Pero Patsy tejió en silencio con Quique Cárcel, que más que director deportivo del Girona es el genial arquitecto del proyecto, otra vía para terminar en Montilivi.
Hasta que estalló con cuatro goles. De las lágrimas en el Camp Nou a la locura infinita con el Madrid. «Ahora ya puede abrir Twitter e Instagram. Taty se lo merece todo», confesó Michel, el técnico que le ha dotado del ecosistema adecuado. «Soy muy supersticioso antes de los partidos. Me aplico palo santo en todo el cuerpo, hago brujería, ¡ja ja ja!», confesó al diario Olé. Y la brujería funcionó en un partido perfecto para abatir al Madrid.: 6 tiros, 5 a puerta y 4 goles. Y, de pronto, se hizo trending topic en Argentina. Fue tendencia en un país que es el suyo, aunque desconocía de su existencia.
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Es un desconocido en Argentina, donde no jugó. Pero fue ‘trending topic’ tras los 4 goles al Madrid «Soy muy supersticioso antes del partido, me aplico palo santo por todo el cuerpo»