El Sabadell gana un 4% menos lastrado por el impuesto del Gobierno a la banca
La entidad obtuvo 205 millones de euros entre enero y marzo, con una caída del 4% respecto al mismo periodo del año pasado
El Sabadell ganó 205 millones entre enero y marzo, con una caída del 4% respecto al mismo periodo del año pasado debida, fundamentalmente, al impuesto a la banca impulsado por el Gobierno. Sin el gravamen, que le costó 157 millones (es anual, pero se paga una vez en el primer trimestre), el beneficio hubiera sido de 361 millones, un 69,4% más. Los resultados fueron recibidos ayer por el mercado con una subida del 1,82% de su acción en bolsa.
Como sus principales rivales, el banco ha recurrido el gravamen ante la justicia, pero también como ellos, ha optado por no seguir cargando públicamente contra el mismo. «Todo lo que había que decir sobre el impuesto ya se ha dicho», sostuvo ayer su consejero delegado, César González-Bueno.
El banquero también se sumó a sus homólogos a la hora de descartar una guerra por captar depósitos y prever una «adaptación progresiva» (léase lenta y moderada) de los tipos de interés de dichos productos de ahorro, alza que «va a llegar a todo el mundo» pese a haber empezado en los segmentos donde hay «más presión» (empresas y particulares de rentas altas). En este sentido, aseguró que la tormenta bancaria de hace unas semanas «no se ha notado en nada», si bien provocó «preguntas» de grandes empresas y grandes patrimonios clientes, así como «más foco» en la liquidez.
La caída de los depósitos del 1,1% respecto a diciembre, en esta línea, la desvinculó de las turbulencias y la achacó al comportamiento estacional de las empresas y a un mayor repago de las hipotecas y mayor gasto en consumo de las familias por la alta inflación. El margen de intereses del grupo (ingresos por la diferencia entre lo cobrado por los créditos y lo pagado por los depósitos) subió un notable 28,3% hasta marzo gracias al alza de los tipos de referencia.
Tributo distorsionador
El impuesto hizo que los ingresos totales subieran solo un 2%, pero la contención de los gastos (0,7%) y de las provisiones para afrontar pérdidas (4%) llevó al resultado antes de impuestos a subir el 7,1%. El hecho de que el gravamen a la banca no sea fiscalmente deducible explica que el beneficio final sufriese el descenso del 4%.
La rentabilidad sobre el capital del banco hubiera sido del 11,4% sin el impuesto, pero aún así se ha quedado en el 9,9%, por encima del 6% que preveía el plan estratégico, y el banco estima que se mantendrá en torno a esos niveles el resto del ejercicio. El capital se situó en el 12,78% y la morosidad sigue estable en el 3,52%. La filial británica TSB ganó 53 millones.
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