Aumento de las consultas para pasar al alquiler de temporada
Pequeños propietarios de Barcelona se plantean pasar sus pisos al arrendamiento de menos de un año, que queda fuera de la nueva ley, como alternativa al de larga duración.
Solo el tiempo dirá si la ley de la vivienda aprobada ayer tiene resultados globales positivos o no para el convulso mercado del alquiler. Pero en el caso de un mercado tan tensionado como Barcelona, algunos primeros efectos colaterales no deseables se han empezado a notar desde el acuerdo político. El sector inmobiliario local apunta a un aumento del interés por parte de pequeños propietarios hacia el alquiler de temporada (de menos de un año y exento de la regulación) como alternativa al de larga duración; una caída de la demanda de compra de inversión para alquilar que solía alimentar ese mercado, y un aumento de quienes optan por vender al finalizar contratos o heredar.
Estas consecuencias pueden ser indicios de que aunque la ley favorecerá a los inquilinos que ya tienen un contrato vigente, evitando aumentos abusivos y primando su estabilidad habitacional, no parece que vaya a ayudar a solventar un problema clave: la falta de oferta.
La recta final de las negociaciones de la ley de la vivienda también ha traído otro efecto temporal previsible, como la ralentización de nuevos contratos. Los futuros inquilinos han demorado la elección de vivienda o la firma con intención de beneficiarse de no pagar gastos de gestión a las agencias inmobiliarias, como sucederá con la nueva regulación. Está por ver si esos gastos ahora a cargo del propietario desincentivarán más la actividad, o si estos optarán por intentar la comercialización por su cuenta para no tener que pagar el coste de cada cambio de arrendatario.
Para el portavoz y director del Área Jurídica de API Catalunya, Carles Sala, la primera tendencia percibida es un incremento de consultas sobre el alquiler temporal por parte de los propietarios, un segmento que ya se había disparado en la ciudad en los últimos meses. Este tipo de arrendamiento, que no puede constituir la vivienda habitual del inquilino, sino que se debe acreditar un uso temporal justificado, se ha convertido en un fenómeno en muchas ciudades europeas.
La detección de arrendadores que al finalizar un contrato optan por vender, ante el nuevo horizonte, también es una realidad, según Álex Vázquez, director de Administración de Alquileres de Forcadell. Otra fuente habitual que engrosaba el mercado del alquiler, los pisos de herencia, menguan a marchas forzadas. «Los hijos que antes alquilaban por las ventajas fiscales ahora ya no entran. Venden», señala. Entre los pequeños propietarios abundan quienes sienten que «les han cambiado las reglas del juego a media partida», tercia en relación a toparles el IPC. «Lo poco que entra para alquilar ya estaba en el mercado», agrega.
■