Sánchez aprovecha su agenda internacional para minar a Feijóo
Los dirigentes socialistas confían en que los «continuos errores» del líder del PP en diplomacia tengan un impacto en las urnas
La campaña de los comicios municipales y autonómicas arrancará con Pedro Sánchez en Washington. El próximo 12 de mayo, a 16 días de la cita con las urnas, el presidente del Gobierno estará en la Casa Blanca, entrevistándose con su homólogo norteamericano, Joe Biden. A diferencia de Mariano Rajoy, su predecesor en la Moncloa, Sánchez se mueve cómodamente en la arena internacional, que pisará más que nunca en los próximos meses, en pleno ciclo electoral, con las generales de finales de año. A partir de julio, y hasta que acabe 2023, España asumirá también la presidencia de la UE. El líder socialista quiere aprovechar todo este capital para «desgastar» al líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, explican en la dirección de su partido.
Una vez dada por cerrada la crisis de la ley del solo sí es sí, tras la reforma aprobada por el PSOE y el PP para endurecer las penas a los agresores sexuales, el jefe del Ejecutivo está volcado en resaltar su gestión durante los últimos meses (subida del salario mínimo, aumento de las becas, reforma de las pensiones y promoción de vivienda pública) y en buscar el contraste con su principal adversario. También en política internacional. Mientras Sánchez no para de viajar y recibir a líderes foráneos (el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva el pasado miércoles; el colombiano Gustavo Petro el próximo viernes), Feijóo, según los colaboradores del presidente del Gobierno, vive instalado en el «error» en este ámbito.
Los dirigentes socialistas no paran de acumular los presuntos «fallos» del líder del PP más allá de las fronteras españolas. Sus viajes a Bruselas para cuestionar la gestión por parte del Gobierno de los fondos europeos de recuperación y la llamada excepción ibérica para rebajar el precio de la electricidad, que el PP llegó a calificar de timo ibérico. Su ataque a Sánchez por «rendir pleitesía a gobernantes autócratas» justo cuando el jefe del Ejecutivo participaba junto a Felipe VI en la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en República Dominicana. Sus críticas al líder socialista por no asistir a la inauguración de una exposición en Alicante de los famosos Guerreros de Xi’an mientras este se encontraba justamente en Pekín, entrevistándose con el presidente chino, Xi Jinping. Y la última y más relevante: la iniciativa del PP andaluz para legalizar los regadíos en el entorno del parque de Doñana, que ha provocado que la Comisión Europea amenace con sanciones a la Junta por ir en contra del derecho comunitario.
«Aislado en Europa»
«La imagen de Feijóo en Bruselas se ha deteriorado mucho», dijo Sánchez hace un mes a los periodistas que le acompañaban en un viaje a Chipre, Malta e Italia. «Su actitud de criticar todo lo que hace el Gobierno ha supuesto una sorpresa desagradable en la UE», añadió. Desde entonces, y coincidiendo con la precampaña, el presidente suele lanzar ideas similares en los mítines. «Ese es el retrato de la derecha española: aislada en Europa, enrocada en su arrogancia y sola en el negacionismo climático», señaló hace unos días en Toledo, al calor de la polémica sobre Doñana, que en los últimos días se ha elevado varios grados, al acusar el PP europeo a la Comisión de «hacer campaña por Sánchez». ¿Puede tener este esfuerzo por desgastar al líder del PP y su discurso internacional un impacto en las urnas, tanto en las autonómicas y municipales del 28 de mayo como en las generales de diciembre? A tenor de los precedentes, parece poco probable. Salvo en casos tan determinantes como la guerra de Irak, la diplomacia no suele determinar el voto. Pero los socialistas confían en que esta vez, debido a la mezcla de exposición internacional de Sánchez y «continuos errores» de Feijóo, sea distinto.
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