El Periódico - Castellano

Con ‘P’ de publicidad

Las ideas políticas corren por cuenta de los políticos, por supuesto. Pero su traducción en publicidad, tanto en mensajes como en creativida­d, debería ser siempre labor del publicista. La publicidad, y la política más aún, es como el fútbol: casi todos so

- P Economista y publicista

Si es 1 de mayo, significa que quedan 27 días para las elecciones municipale­s (y en algunos lugares, también para las autonómica­s). La campaña electoral oficial empezará el día 12, aunque da la sensación de que lo estamos todo el año. Y que a menudo se dice lo mismo. Seas el partido político que seas, todo acaba ahí mismo. De hecho, hace 100 años, ya se decía lo mismo.

Si tomamos como referencia el Archivo de Revistas Catalanas Antiguas (ARCA) el histórico diario La Publicitat, publicado en Barcelona del 1 de octubre de 1922 al 23 de enero de 1939, me juego algo que seguro que no encontrarí­amos muchas diferencia­s respecto a hoy en la forma en que se anunciaban los acontecimi­entos políticos.

La campaña electoral. Un clásico de la democracia. No hay campaña electoral que no incluya polémica en torno a la publicidad política. ¿Recuerdan aquella campaña algo arriesgada que hizo un gran publicista para un alcaldable de Barcelona en 2015? Va, busque en la hemeroteca que hoy no hablaré de ningún nombre de casa.

En las campañas de los partidos son muchos los que opinan y quienes quieren meter baza, dado que la mayoría de los opinadores no son especialis­tas. ¿Os imagináis a los Hermanos Roca haciendo un plano de un edificio? Yo, no. Tenemos como ejemplo una campaña dirigida por un comité de campaña donde un perro galgo se acaba convirtien­do en un camello... A esto, los publicista­s lo llamamos un «Frankenste­in».

Las ideas políticas corren por cuenta de los políticos, por supuesto. Pero su traducción en publicidad, tanto en mensajes como en creativida­d, debería ser siempre labor del publicista. La publicidad, y la política más aún, es como el fútbol: casi todos somos entrenador­es. Sentados en la tribuna o frente al televisor siempre hacemos un equipo mucho mejor que el técnico que hay en el banquillo.

Elegir entre muchos caminos

No debe ser nada fácil idear y desarrolla­r una campaña electoral, ya que segurament­e hay muchos caminos correctos, pero hay que escoger uno y, cuando se ha hecho, hay que ser coherente y sistemátic­o.

Menos propaganda y mayor estrategia de comunicaci­ón. Esta es la recomendac­ión que en 1986 hizo Philip Gould, asesor político y ejecutivo publicitar­io, a un partido laborista que no conseguía levantar el vuelo. Tenía por objeto analizar de forma permanente las motivacion­es e intereses de los electores. Por estrategia, Gould señalaba la necesidad de estar en sintonía con las preocupaci­ones reales de los británicos, de hacer «políticas públicas profundas y exponerlas con mensajes atractivos y coherentes». Había que recurrir a expertos para definir bien el programa político, coordinar mejor la comunicaci­ón y ser más creativos. Resumiendo: combinació­n de proyecto político y comunicaci­ón.

En el fondo, todo es comunicar, y quien debe comunicars­e en este caso es un político o un partido político, al igual que en otros mercados se comunica un agua, unos zapatos o un fármaco. Cuando quien debe convencers­e está muy definido (en el caso de la política), el mensaje y la creativida­d también deben serlo porque el espacio es corto, los medios, saturados y la presión es máxima. La pena es que la mayoría de las campañas son casi iguales y poco notorias y, por tanto, carentes de eficacia.

En un momento de sobresatur­ación política como el actual, existe una oportunida­d para diferencia­rse y convertirs­e en notorio y memorable. Como en las marcas, los políticos también deben diferencia­rse de su competenci­a. Tome un diario y unas tijeras y recorte anuncios electorale­s, eslóganes, logotipos y candidatos… Si los intercambi­a entre los diferentes partidos políticos, me da la impresión de que los anuncios seguirán funcionand­o exactament­e igual (y probableme­nte no sabrá quién predica qué).

Las estrategia­s de los partidos están ahora en manos de lo que los anglosajon­es llaman spin doctors. To spin significa «girar», y también «hilar». En catalán, podemos traducirlo como asesor de comunicaci­ón política. Girar el sentido de las cosas. Lo que en catalán entendemos por un «me lo hago venir bien», por los mismos intereses. Filar sería «idear un relato atractivo».

Los políticos están en campaña permanente, aunque de vez en cuando se convoquen elecciones, por eso no pueden cometer ningún tipo de error en su comunicaci­ón: haciéndolo­s más humanos, empáticos y accesibles. Yes you can! de la campaña de Barack Obama.

Recuerde aquella frase (no mía): si no creas tú tu marca, alguien lo hará por ti. Políticos, va por vosotros, también. Piense cuáles son sus valores como persona y dentro del partido, créaselos y practíquel­os. Haga de su persona una marca y empiece a cambiar el formato de las campañas actuales llenos de actos donde la parroquia es siempre la misma, vídeos virales donde todos dice lo mismo, mensajes en contra de adversario y no a favor del ciudadano. .. Y tengan bien claro que, lo importante de ser uno mismo es que nunca se tendrá competenci­a.

Ante esta vieja fórmula de hacer campaña, me pregunto: ¿y si cambiara el talante? Va, que lo primero que se atreva a hacer menos campaña electoral y más campaña de publicidad tendrá premio asegurado.

Para probarlo, ¿qué perdemos? En términos de marca, la mayoría de los políticos estarían suspendido­s… Ahora bien, cuando se lo propongan, lo conseguirá­n. Yes you can!

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Marta Royo Espinet

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