El Periódico - Castellano

Lamine Yamal, razones y miedos de un niño supersónic­o

El Camp Nou asistió a un acontecimi­ento singular cuando un joven de 15 años y 290 días debutaba ante el Betis. Quiere seducirle el club para que no se vaya.

- MARCOS LÓPEZ JOAN DOMÈNECH

En ese niño, nacido en Esplugues, de nombre Lamal Yamine Nasraoui Ebana, de padre marroquí y madre de Guinea Ecuatorial, que debutó con el Barça en el triunfo sobre el Betis con apenas 15 años y 290 días, cohabitan el fútbol del pasado, presente y del futuro. Pasado porque todo es tan sencillo como atisbar un talento especial, que llegó al club con apenas siete años procedente de un equipo anónimo como es La Torreta de Granollers. Desde entonces, ha sido la joya de La Masia.

Presente porque nadie llegó tan rápido al Camp Nou –ni Messi– como este imaginativ­o joven, atrevido y con desparpajo que asombró a Xavi («ha podido marcar y asistir, puede ser muy grande y marcar una etapa en el equipo y en el club», dijo el técnico). «Sentí muchas emociones juntas», confesó el joven horas más tarde en declaracio­nes a los canales oficiales del club. «Estoy muy feliz por poder tener este récord, pero espero poder batir más», añadió.

De Iván de la Peña a Mendes

Fútbol del pasado se intuye en este niño, del presente se observa, tras una supersónic­a ascensión de un cadete (ni ha visto la camiseta del Barça Atlètic) y, sobre todo, del futuro porque en esa estilizada y juvenil figura, que hipnotizó a millones de culés, anida también el poder de la industria –cambió a Iván de la Peña, el agente que lo tuteló con mimo, al igual que hizo con Gavi por Jorge Mendes, uno de los representa­ntes más famosos del mundo– y se esconde el impacto del márketing. El Barça lo protege por un lado –no habla ante los medios, como es lógico en un niño de esa edad y solo difunde su mensaje a través de sus canales oficiales–, pero, al mismo tiempo, explota su imagen con comparacio­nes que pueden resultar dañinas porque alimentan una presión que resulta ingobernab­le.

«Entorno complicado»

«Recuerden su nombre, Lamine Yamal», tuiteó el club azulgrana minutos después de tan impactante debut emulando la frase que pronunció Messi, cuando aún era de Nike, nada más lanzar una falta maravillos­a para un anuncio. Y el chico, entretanto, surfeando en medio de un «entorno complicado», como bien conoce la dirección deportiva azulgrana y el propio Xavi. Eufemismo utilizado, en realidad, para ocultar la lucha por el control económico –algunos no lo ven como un jugador sino como una industria– y de la carrera de un niño que iluminó el Camp Nou en una noche lluviosa.

Una noche en la que eclipsó a todos. Salió él y se olvidó la cómoda goleada al Betis, que acerca al Barça a la Liga, dejando el retorno de Dembélé, tras tres largos meses de ausencia, en un segundo plano. Hasta la lucha de Lewandowsk­i (19 goles) con Benzema (17) por el Pichichi tenía un aire menor por lo que irradió ese joven que vive en La Masia. «Xavi me dijo que cogiera confianza con los primeros pases y que, si podía, que encarara y hiciera lo que siempre hago». Apareció un adolescent­e zurdo con regate y desparpajo, y el culé quedó atrapado. A él ya lo conocían los sabios de La Masia como el periodista Jaume Marcet, de esa Barça TV que ahora el club cierra sin reparar en el patrimonio futbolísti­co y emocional que se perderá cuando la pantalla se quede en negro. Gente como él han visto la evolución de un niño, que, como siempre recuerda Bojan, debe aprender a convivir con «la gestión de las expectativ­as».

Mejor, de extremo diestro

A Xavi, tal como hizo con tino e inteligenc­ia Rijkaard con la explosión de Messi, le correspond­e esa gestión. «No tiene miedo, no parece que tenga 15 años», confesó el técnico recordando que en 11 minutos dejó dos pinceladas extraordin­arias, recostado sobre el flanco izquierdo del ataque. Y eso que no es su lugar preferido. «Estoy más cómodo en el extremo derecho. Soy, un jugador que, a partir de tres cuartos de campos, es creativo», apuntó Lamine Yamal. El Barça, temeroso de que acepte la tentación ajena que llega al móvil de Mendes, ya le ha trasladado su plan, empeñado en que firme en julio, ya con 16 años, su primer contrato profesiona­l. ■

«Estoy muy feliz por tener este récord y espero batir más, soy un jugador creativo»

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Jordi Cotrina Lamine Yamal intenta superar a Montoya en el Barça-Betis donde se estrenó en el primer equipo.
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