Un Reino Unido sumido en una crisis corona hoy a Carlos III
▶ Gran Bretaña sufrirá este 2023 una contracción de su economía del 0,2%, según la OCDE ▶ Las causas van más allá del Brexit, según los analistas
El 64% de los británicos aseguran que están poco o nada interesados en la coronación del rey Carlos III, que tendrá lugar hoy a las 11.00 horas (una más en España) en la abadía de Westminster,
en Londres. Detrás de este desapego hacia un acontecimiento histórico (hace 70 años que no se corona a un monarca en el Reino Unido), además de la menor popularidad del monarca respecto a la que tenía su madre, Isabel II, esta es una sociedad muy diferente de la de mediados del siglo XX y hay una profunda crisis económica y política cuyas raíces deben buscarse más allá del controvertido referéndum del Brexit.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Reino Unido sufrirá este 2023 una contracción de su economía del 0,2%. Es, por detrás de Rusia (-2,5%), el país con la peor previsión de crecimiento. El Fondo Monetario Internacional (FMI) dibuja un escenario más deprimente: un retroceso del 0,3%, mientras que Rusia crecerá un 0,7% a pesar de las sanciones por la guerra de Ucrania.
Estos datos se traducen en un día a día cada vez más cuesta arriba para los ciudadanos británicos. La tasa de inflación interanual se situó el pasado marzo en el 10,1%, algo mejor que en febrero (10,4%), pero muy lejos de los datos de España (3,3%), Francia (5,6%) o la eurozona (6,9%). Peores números registró el IPC correspondiente a los alimentos y bebidas no alcohólicas, que escaló hasta el 19,2% (un punto más que en febrero). Según el
Trussell Trust, una organización no gubernamental que da apoyo a una red de 1.200 bancos de alimentos en todo el país, entre abril de 2022 y marzo de 2023 se entregaron casi tres millones de paquetes de alimentos de emergencia, más de un millón de estos a menores de edad. Se trata de la mayor cantidad de paquetes distribuidos en un año en el Reino Unido y representa un aumento del 37% respecto a los 12 meses anteriores.
Brexit, pero no solamente
El alza en el coste de la vida, que no ha ido acompañado de una equiparación de los salarios, ha provocado desde finales del pasado verano una oleada de huelgas y protestas en unos servicios públicos (sanidad, educación y transportes, principalmente) muy tensionados tras años de maltrato político.
La mayoría de los analistas coinciden en que la situación actual del Reino Unido se remonta mucho
más allá del referéndum del Brexit de 2016. «Hay muchas cosas que no van bien en el Reino Unido desde hace 15 o 20 años. El Brexit solo ha hecho de acelerador, ha expuesto de manera abierta problemas que ya existían», explica a EL PERIÓDICO Francis Ghilès, investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB) y gran conocedor del país.
Enrique Feás, del Real Instituto Elcano, abunda en que la salida del Reino Unido de la Unión Europea no es la única causa de la complicada situación que vive hoy en día el país, pero ha provocado una «incertidumbre» que, en un contexto de bajo crecimiento sumado a las turbulencias derivadas de la guerra de Ucrania y la crisis energética, deja en peores condiciones al país para enfrentar estos desafíos que si todavía estuviese bajo el paraguas de la UE. «No todo lo que pasa en el Reino Unido se debe al Brexit, la inflación no se debe al
Brexit, pero la forma de afrontarlo o los recursos con los que cuenta sí que tienen que ver con el Brexit», subraya.
Efectos de la globalización
Según Sebastian Balfour, catedrático emérito de Historia y Ciencia Política de la London School of Economics and Political Science, el escenario actual es resultado del «proceso de globalización, desindustrialización y concentración regional» que aceleró la crisis financiera y económica de 2008 y del «modelo económico hayekiano (por el economista austriaco Friedrich von Hayek) derivado del thatcherismo y caracterizado por la retirada de la inversión estatal, la privatización, la conversión de una economía industrial en una de servicios, los bajos niveles de productividad, los relativamente bajos impuestos, baja inversión pública en infraestructuras como transporte, educación, vivienda y servicios públicos, y desigualdades regionales y de clase».
La crisis política del Reino Unido también se encuentra entre las causas del lodazal en que está inmerso el país. Ghilès pone como ejemplo el mazazo que supuso para la credibilidad de la clase gobernante la decisión «basada en mentiras» de Tony Blair de «ir a la guerra con Irak» en 2003. O la baja «calidad» de los ministros de los últimos gobiernos conservadores.
El resultado son tres primeros ministros en menos de un año (Boris Johnson, Liz Truss y Rishi Sunak) que han acabado de hundir una reputación «de 300 o 400 años» de «buen gobierno», destaca el investigador del CIDOB. En opinión de Balfour, la situación actual «no tiene precedentes». Para encontrar algo similar habría que remontarse al Gobierno de Margaret Thatcher. Igual que entonces, el ala neoliberal del Partido Conservador lleva ahora las riendas y gobierna el país desde 2010 «intensificando la transformación de un modelo económico mixto a uno dominado por el mercado».
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