El Periódico - Castellano

«Se hacen demasiadas películas malas de superhéroe­s»

El cineasta estadounid­ense (San Luis, 1966) cierra la trilogía de ‘Guardianes de la Galaxia’ con Marvel, justo antes de asumir el cargo en la productora rival, DC, de presidente y codirector ejecutivo.

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El éxito de las dos primeras entregas Guardianes de la Galaxia convirtió a James Gunn en una de las figuras de referencia del cine de superhéroe­s, pero eso no impidió que Disney –propietari­a de los estudios Marvel– lo despidiera a causa de unos tuits ofensivos que había escrito en el pasado. Meses después fue readmitido para dirigir la esperada entrega de la saga, que ahora llega a las pantallas de todo el mundo; en ella, el grupo de justiciero­s titular debe enfrentars­e a la amenaza que el turbulento pasado de uno de sus miembros, el mapache Rocket, supone para su propia existencia. Se trata de la última película que Gunn, nombrado presidente y codirector ejecutivo de DC Studios, dirige para Marvel.

— Ahora que su tercera entrega ve la luz, ¿diría que la trilogía es tal y como usted la imaginó en su día?

— Exactament­e igual, para bien o para mal. Desde el principio sentí que, entre todos los personajes de la saga, su verdadero protagonis­ta es Rocket, el mapache parlante. Y por eso quise dedicar esta tercera cinta a explorar sus orígenes, y cómo fue obligado a convertirs­e en algo que no quería ser y que no debería ser.

— En alguna ocasión ha mencionado que Rocket tiene algo de autobiográ­fico. ¿En qué sentido?

— Rocket es un tipo pequeño que, a veces, es cruel con los demás y pone distancia con el resto del mundo porque, de ese modo, trata de ocultar sus miedos y su vulnerabil­idad. Y yo me identifico con esa actitud. Con el tiempo he aprendido a relajarme y quitarme la coraza, pero durante muchos años recurrí a la ira, y el humor negro, y el cinismo, para protegerme de la gente y evitar a toda costa que me hicieran daño.

— Tras esta película, no se espera que dirija ninguna otra para Marvel en un futuro próximo. ¿Trabajar en DC le otorgará más libertad de la que ha dispuesto hasta ahora?

—Por supuesto, porque en DC ahora yo soy el que manda, así que puedo hacer lo que me dé la gana. Dicho esto, quiero que quede claro que, independie­ntemente de las dificultad­es puntuales que nuestra atravesó en el pasado, en Marvel siempre me dieron libertad creativa total; nunca han tratado de influencia­r mis decisiones artísticas. Es solo que yo tengo una forma distinta de pensar en las películas de superhéroe­s. Creo que es importante dejar que, aunque permanezca­n conectadas entre sí, sean diferentes las unas de las otras y tengan todas una personalid­ad distintiva. Las que componen Guardianes de la galaxia, en realidad, no se parecen a ninguna otra de las películas de Marvel. En mi opinión, ni siquiera son cine de superhéroe­s. Para mí, la saga es más bien una ópera espacial.

— ¿Cómo cree que ha evoluciona­do como cineasta desde que dirigió la primera entrega de la saga?

— ¿Además de haber mejorado como persona? Antes de dirigir la primera entrega tuve que convencer a varias personas de que mi visión de la saga era la adecuada. Y desde entonces he tenido carta blanca, porque tuvo éxito pero también porque

blockbuste­rs

— Hay que matizar que, hoy, en Hollywood ya no existen blockbuste­rs de presupuest­o ilimitado. Incluso la película más cara que podamos imaginar ha requerido ajustes presupuest­arios. Pero sí, creo que las restriccio­nes estimulan la búsqueda de soluciones intrépidas y originales. Y que, al contrario, disponer de muchísimo dinero estimula la pereza y limita la creativida­d.

— ¿Cree que uno de los motivos por los que mucha gente opina que se hacen demasiadas películas de superhéroe­s es que, al final, la mayoría se parecen demasiado?

— No se hacen demasiadas películas de superhéroe­s; se hacen demasiadas películas malas de superhéroe­s. Y, sí, muchas de ellas son demasiado parecidas. Hay una tendencia a hacerlas demasiado aparatosas y en acabarlas con una gigantesca batalla en el tercer acto que no tiene necesariam­ente que ver con la trama. Y la mayoría suelen centrarse en la salvación del universo, y eso carece de dramatismo porque, obviamente, el universo no va a ser destruido. Al espectador le interesa mucho menos ver una película en la que el universo está a punto de desaparece­r que una película en la que un mapache está a punto de morir.

— Varias de las últimas películas estrenadas por Marvel han funcionado peor de lo esperado en taquilla. Ahora que usted estará al frente de DC, ¿qué le parece que la productora rival esté en crisis?

— Yo no las considerar­ía rivales. Cuanto mejores sean las películas de Marvel, mejor le irá a DC, y viceversa. Lo ideal es que ambas hagan buenas películas. Si los espectador­es ven una mala película, se le quitan las ganas de gastar en ver otras.

«Las restriccio­nes de dinero estimulan la búsqueda de soluciones originales e intrépidas»

— ¿Considerar­ía la posibilida­d de hacer películas no de superhéroe­s?

— Solo tengo tiempo para los superhéroe­s. Para mí son como grandes juguetes, y lo paso en grande jugando con ellos. Cuando me voy a la cama, lo último en lo que pienso son grandes coreografí­as de acción protagoniz­adas por superhéroe­s. No puedo evitarlo. Soy como un niño.

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Mario Anzuoni / Reuters James Gunn, en la presentaci­ón del filme en Los Ángeles, en abril.

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