Mezcla de estilos menos ‘happy’
Los barceloneses Stay Homas publican ‘HOMAS’, su segundo trabajo, donde se distancian de sus jubilosas canciones de tiempo pandémico. Lo presentarán el 8 de julio en el festival Cruïlla.
Los integrantes de Stay Homas ya no viven en aquel ático de la calle de Balmes de Barcelona desde el que amenizaron el confinamiento de 2020. Se han «divorciado», deslizan cordialmente, pero se diría que llevan aquel apartamento consigo allá adonde van. De eso va su segundo disco, HOMAS –así, en mayúsculas–, poniendo el acento en el hogar como estado mental. «Un disco en el que dejamos entrar a la gente en casa, o llevamos nuestra casa a la suya», resume uno de los integrantes, Klaus Stroink.
Han pasado tres años y no han parado, ampliándose en escena (ahí son seis) y publicando numerosos singles, así como un epé, de modo que ahora HOMAS no rompe un silencio precisamente. Sus 14 canciones son todas de estreno y reflejan el carácter del grupo como melting pot de estilos y de estados emocionales. La idea inicial, cuenta Guillem Boltó, era «unificar un poco el sonido», pero luego pasó lo que pasó. «Al hacer las canciones vimos que seguíamos teniendo muchas inquietudes distintas y que queríamos mostrarlas todas».
Así que HOMAS combina miniaturas acústicas como incursiones electrónicas más aparatosas, y hasta un número filo-punk-pop, Me da igual, delator del gusto por bandas dosmileras como Green Day y Blink-182. «Es un tema un poco año 2000, sí, pero visto desde 2023, porque la voz está bastante reventada de autotune», hace notar Stroink. Con tanta diversificación de sonidos, ¿dónde está la identidad de Stay Homas? «Es lo que tratamos de averiguar desde que empezamos», admite Rai Benet. «Estamos en ello. La gente ve más conexión entre nuestras canciones que nosotros mismos: el tipo, las voces… No sé. Creo que estamos más perdidos de lo que la gente percibe».
Si, en sus inicios, Stay Homas era ante todo portador de buenas vibraciones, con su mensaje de relativizar la calamidad pandémica (recordemos aquella invitación, quizá algo inocente, a «disfrutar del confinamiento» en Gotta be patient), ahora estiman que el nuevo repertorio «no es tan sumamente happy» y que presenta «temas más emotivos y melancólicos, y una mayor profundidad», señala Klaus Stroink. Puede sorprender que, en estos tiempos de duetos y featurings, este trabajo solo incluya una colaboración, la de The Tyets. «El disco nos lo pedía así. Nos parecía bien que fuera una cosa muy nuestra».
El grupo critica la «obligatoriedad de adoptar un discurso político para hacer música»
Un bufet libre
Aunque los tres músicos provengan del circuito catalán de la verbena (han formado parte de bandas como Doctor Prats y Búhos), lo suyo tiene otro cariz, y al mismo tiempo no encaja con la ahora boyante música urbana. Stay Homas ha encontrado un espacio propio, apartado de las corrientes dominantes. «Y eso nos trae dificultades, porque la gente no te ubica con facilidad, pero nos hemos forzado a hacer lo que nos apetece hasta las últimas consecuencias», medita Rai Benet. Lo suyo es «picoteo» y «bufet libre», apunta. «Hemos comido tanto del mestizaje heredado de nuestros grupos como de la música urbana y el rock para hacernos nuestro plato combinado».
Lo que queda fuera de su radar es la política, que ha estado bastante presente en el ambiente de la última década y donde ellos han advertido signos de oportunismo. «Ves con claridad cuándo una consigna política tiene una finalidad que no es política, sino de márketing», reflexiona Rai Benet. «Pero alguien me decía que muchas familias se han encontrado estos años por actividades relacio