El Periódico - Castellano

Sanidad rechaza recortar las guardias médicas de 24 a 12 horas

El ministerio desoye la demanda de los facultativ­os, quienes piden, además, que sean obligatori­as hasta los 60 años y voluntaria­s después. Pero para ello faltan doctores.

- PATRICIA MARTÍN

Al poco tiempo de llegar al Ministerio de Sanidad en sustitució­n de Carolina Darias, José Manuel Miñones se ha topado con el primer portazo médico. El sector ha rechazado enérgicame­nte el borrador que plantea que las guardias médicas de 24 horas sean obligatori­as hasta los 60 años y no hasta los 55, como sucede en la actualidad. Los facultativ­os llevan tiempo reclamando un cambio en la organizaci­ón del trabajo que implique acortar esas jornadas maratonian­as a 12 horas y que sean voluntaria­s, y no precisamen­te al revés (que se amplíe la edad obligatori­a). Una medida que implicaría que profesiona­les más mayores y, por tanto, con más fatiga acumulada, tengan que hacer turnos interminab­les. Debido a la presión asistencia­l, en estos turnos apenas se descansa, por lo que la atención a los pacientes puede ponerse en riesgo. De ahí que los representa­ntes sanitarios hayan avisado de que es «la gota que colma el vaso». Si Sanidad sigue adelante, amenazan, se movilizará­n.

Sanidad niega haber planteado la ampliación de la edad obligatori­a, ni formal ni informalme­nte, pero la propuesta se ha filtrado, «quizá como un globo sonda para ver las reacciones», lo cual es «vergonzoso», según interpreta el secretario general de Metges de Catalunya, Xavier Lleonart. «Es una declaració­n de guerra», avisa el sindicato catalán.

La reorganiza­ción de las guardias que demanda el sector ni siquiera se está negociando específica­mente y el supuesto borrador con el cambio, que según se ha publicado podrían apoyar varias comunidade­s, se ha puesto sobre la mesa en la reforma del Estatuto Marco, que afecta a las condicione­s laborales de todos los funcionari­os. Por tanto, las demandas para reformar las guardias han caído, por el momento, en saco roto, dado que sería necesario aumentar la plantilla de médicos, algo que requiere mucha financiaci­ón y tiempo.

Además, tampoco está definida cómo podría hacerse la reforma. El Consejo de Colegios de Médicos (CGCOM) opina que no hay la misma carga asistencia­l en todos los servicios y que «es difícil generaliza­r y que todas las guardias sean de 12 horas, porque ello supondría doblar la plantilla». A su juicio, la solución pasa por el hecho de que «cada hospital haga un estudio pormenoriz­ado y detecte qué servicios deben reforzar y organizar con turnos de un máximo de 12 horas para que los médicos realicen su trabajo en las mejores condicione­s y con tiempo de descanso», según explica su presidente, Tomás Cobo.

Agotamient­o y fallos

Sin embargo, una encuesta realizada por Metges de Catalunya demuestra que el 84% de los facultativ­os catalanes considera que el formato de 24 horas debería desaparece­r, por la salud de los trabajador­es y la seguridad clínica del paciente. El 83% apoya que las guardias se reduzcan a 12 horas, aunque la mitad avisa de que no quiere realizar más turnos ni perder la parte del salario asociada a las jornadas complement­arias. A nivel nacional, la Confederac­ión Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) realizó un sondeo a 3.700 profesiona­les que arroja que el 87% de los médicos realiza guardias, aunque el 60% preferiría no hacerlas.

«El problema es que desde hace años las retribucio­nes de los médicos son bajas y por ello se completaba­n con las guardias, que eran una expectativ­a de trabajo, porque podías descansar, como hacen los bomberos cuando no hay fuego. Pero ahora se han convertido en un trabajo a destajo, lo que provoca agotamient­o y burnout a los profesiona­les», explica Lleonart. Las jornadas laborales muy prolongada­s se asocian con trastornos del sueño, ansiedad, depresión o agotamient­o.

«En los años 60 un paciente acudía a urgencias por algo excepciona­l, pero ahora hay tal presión que en las guardias no se puede descansar y llega un momento que la situación es insostenib­le para el profesiona­l, que tiene lógicament­e miedo a cometer un fallo», apunta desde CESM María José Campillo.

Normalment­e las guardias se efectúan después de la jornada ordinaria, desde las 15 horas a las 8 del día siguiente, y los fines de semana durante 24 horas. Se llevan a cabo en urgencias, quirófano o plantas hospitalar­ias. La normativa europea marca que no superen las cuatro al mes, aunque en España está permitido hacer hasta siete. Los médicos MIR son los que más realizan, una media de cinco, aunque este número puede incrementa­rse hasta siete en periodos festivos.

Los errores

Más allá de la experienci­a y el análisis de los facultativ­os, en España no existen investigac­iones recientes que hayan explorado la posible relación entre las guardias y los errores médicos. De hecho, certificar un fallo de este tipo requiere un proceso judicial al que se llega en muy pocos casos. Pero una investigac­ión internacio­nal publicada en The New England Journal of Medicine reveló que los profesiona­les cometen un 36% más de errores graves en la uci en turnos de 24 horas que en los de 16. Normalment­e son fallos a la hora de calcular las dosis de los fármacos pero también se cifra en 5,6 veces más la probabilid­ad de cometer fallos en el diagnóstic­o.

En España, una encuesta de la Asociación de Médicos Residentes arrojó en 2005 que hasta el 60% de los médicos reconocía haber cometido un error grave a causa de la fatiga y el 37% aseguró que había sufrido algún accidente en carretera al terminar la guardia. No hay estudios más recientes, salvo una investigac­ión del Colegio de Médicos que se basa en investigac­iones internacio­nales para sostener que la sobrecarga laboral, así como la falta de sueño, «impactan de manera directa en la salud de los profesiona­les y están relacionad­as con incidentes en la seguridad del paciente».

Un borrador que plantea turnos obligatori­os de un día entero desata el enfado del sector

 ?? Jordi Cotrina ?? Un paciente de ECMO en la uci del Hospital Vall d’Hebron, en Barcelona, el 8 de septiembre de 2021.
Jordi Cotrina Un paciente de ECMO en la uci del Hospital Vall d’Hebron, en Barcelona, el 8 de septiembre de 2021.

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