La caja de resonancia
La revista barcelonesa conmemora cinco décadas de heroica andadura con un número en el que celebra su visión del rock’n’roll como un sistema de fascinaciones al que podemos seguir apegados con vestigios de la inocencia adolescente.
Todavía hay muchas cosas que ocurren bajo radar, lejos los algoritmos, la IA y otros inventos que carga el diablo, y entre todas ellas hay que consignar la asombrosa supervivencia de la revista Popular 1, marca siempre acompañada de la leyenda rock’n’roll magazine. Un número especial nos recuerda que la publicación cumple nada menos que 50 años, caso muy singular a escala internacional. Lo hace convertida en un objeto poco menos que clandestino. ¿Extemporáneo? Poco importa eso ante la evidencia de una fuerte base de lectores que festejan la efeméride con gozo y militancia. No hay estos días una regla de oro para que una cabecera subsista: cada una busca la suya, y tiene suerte si llega a encontrarla.
Este número de mayo ofrece un detallado recorrido por esas cinco décadas recordándonos que Martín J. Louis y Bertha M. Yebra, artífices de Popular 1 en 1973, fueron pioneros en ver en el rock un sistema de fascinaciones que iba más identidad: culto sentimental a un
star system, atención a las bandas que mantienen encendida la llama, diálogo intenso y de tú a tú con los lectores-fans. Y extensión del rock’n’roll más allá de la música, con cariño por la extravagancia: Ozzy Osbourne o The Cramps, cruzándose en las páginas con Errol Flynn, el ocultista Aleister Crowley o la actriz porno Traci Lords. Todo es rock’n’roll. Momento de deslizar que Popular
me dio la primera oportunidad en esta profesión, allá por 1989, y que cuatro años y pico después cometí la gran traición: fugarme a
Rockdelux. Suele suceder que las tragedias, con el tiempo, se convierte en comedias, así que corresponde congratular a Popular 1 por su longevidad, fiel a sus creencias. Esa revista que a César le gusta ver como un «fetiche para coleccionistas», el paquete de envoltorio anónimo que llega a tu domicilio para que pierdas durante un rato el mundo de vista.
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