Putin acusa a Occidente de haber «desatado» una guerra contra Rusia
▶ El líder del Kremlin tacha de «criminal» la ideología «supremacista» que defienden los dirigentes de EEUU y la UE ▶ Aboga durante el Día de la Victoria por «un futuro pacífico» y «libre»
Hoy como ayer, Rusia lucha por su supervivencia. Hoy, como ayer, lucha contra Europa. Esas fueron las dos principales ideas del discurso de ayer de Vladímir Putin en la Plaza Roja, que denunció: «Occidente ha desencadenado una verdadera guerra contra nuestra patria», en la que la victoria es fundamental para la supervivencia del pueblo ruso. El líder ruso tildó de «criminal» la ideología «supremacista» que, según sus postulados, defienden los líderes de EEUU y la UE.
Su discurso de diez minutos, aunque no cambió un ápice el punto de vista sobre Ucrania, Occidente o la misma Rusia, tuvo lugar no en un día cualquiera, sino en el Día de la Victoria, en el 78º aniversario de la derrota de la Alemania nazi. Este día, en el que se mezcla el orgullo patriótico, la conmemoración a los fallecidos en la Segunda Guerra Mundial y el restablecimiento simbólico temporal de elementos de la era soviética, es una fecha señalada por todos los rusos en el calendario. «No hay nada más importante ahora que su trabajo militar. Hoy, la seguridad de nuestro país depende de ustedes. El futuro de nuestro estado y de nuestra gente depende de ustedes», dijo Putin.
Uno de los valores que se reclama en el Día de la Victoria, la fraternidad entre pueblos, también tuvo su momento en el discurso de Putin, que afirmó que, como la mayoría de los países el mundo,
Rusia anhela «un futuro pacífico, libre y estable». La frase choca con buena parte del oficialismo ruso, tanto desde personas del círculo cercano del presidente como desde los medios estatales, desde el que se ha pedido «desnazificar» a los países bálticos, Polonia, Kazajistán o la desaparición de Ucrania como país porque «nadie necesita» este Estado, según ha defendido el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dimitri Medvédev, en redes sociales.
Los valores tradicionales
En su alocución, Putin acusó a las potencias occidentales de «imponer su voluntad, sus derechos, sus reglas» y, en realidad, forjar «un sistema de saqueo, violencia y opresión» en la que también se destruyen «los valores tradicionales que convierten al hombre en hombre». Clamó repetidamente en contra de la ideología de género y en contra del feminismo, algo que se ha plasmado claramente en las campañas de reclutamiento que apelan a «ser macho» para animar a los hombres a alistarse en el ejército.
El momento que vive Rusia es excepcional y se palpa en las calles, también ayer. El oscuro incidente con drones del pasado 3 de mayo en el Kremlin, en el que un avión no pilotado atacó el interior del recinto amurallado, encendió todas las alarmas en el seno del poder ruso, que blindó totalmente el centro de Moscú dificultando el paseo de muchos rusos que querían gozar de un agradable día soleado.
Las precauciones fueron tales que en muchos tramos del desfile los ciudadanos estaban situados a decenas de metros de los vehículos, nada que ver con años anteriores. Ante las dificultades para moverse y ver en condiciones el plato fuerte del día, un policía aseguró a este periodista que si se quería ver el desfile, «lo mejor es por la televisión. Todo está cerrado».
Incluso para quienes llevaban prismáticos, el espectáculo tampoco fue el mismo. En 2021, cerca de 200 vehículos de diferentes tipos circularon por las calles más céntricas de Moscú para deleite de los aficionados a la parafernalia militar. En 2022, fueron cerca de 120 vehículos. Ayer fueron 50, entre ellos un único tanque, un T-34 de la era soviética. Y es que muchos tanques están achicharrados en el frente. En el desfile de ayer, perfectamente ensayado, participaron cerca de 10.000 soldados.
El presidente ruso afirma que las potencias occidentales forjan «un sistema de saqueo y opresión»
En otro punto más alejado del centro de Moscú, en el Parque de la Victoria, muchos moscovitas paseaban enarbolando uniformes de la Segunda Guerra Mundial, luciendo cintas de San Jorge y banderas de la Unión Soviética, una evocación de los tiempos de la URSS. Hubo celebraciones en otras ciudades y Volgogrado recuperó por unos días el viejo nombre que tuvo durante años: Stalingrado. Recordemos que el asedio de esta urbe, uno de los episodios más trágicos de la Segunda Guerra Mundial, fue el clavo en el ataúd para las aspiraciones militares del Tercer Reich alemán, que desde que falló comenzó a perder fuelle.
En plena ofensiva en Ucrania, se mezclaron los símbolos soviéticos y nacionalistas, las banderas de la URSS, de la Federación Rusa y del grupo de mercenarios Wagner. Por cieto. Este último grupo, como el Ejército regular, han intensificado su campaña de reclutamiento. ■