Una lista solo de mujeres en Botarell
La candidatura del PSC en el pequeño municipio del Baix Camp, gobernado por ERC, está integrada por nueve féminas. La cierra Montse Roca, que fue la primera alcaldesa en la comarca.
Botarell es un municipio del Baix Camp de poco más de mil habitantes que padece el mismo problema que muchos otros de su tamaño y características: la escasez de vivienda hace que los jóvenes tengan pocas opciones de quedarse y el médico del que disponen solo visita dos días por semana. Con estas preocupaciones en la cabeza, un grupo de mujeres se intercambiaron sus teléfonos y empezaron a debatir. Y de lo informal se pasó a lo formal. Este fue el embrión de la candidatura electoral del PSC para las elecciones municipales del 28 de mayo, formada íntegramente por mujeres. En concreto, nueve.
«En realidad, fue casualidad, este es un pueblo pequeño. Nos pasamos los contactos y fue luego cuando nos dimos cuenta de que, de forma espontánea, nos había quedado un grupo solo de mujeres», relata Raquel Collado, la cabeza de lista. Ella tiene 46 años, trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa ubicada en Reus y no es la primera vez que concurre a unas municipales: ya fue alcaldable en 2019 y ahora repite.
Para otras, la experiencia sí que es una novedad. Todas las componentes de la lista tienen entre 40 y 60 años y quien cierra la candidatura es la exalcaldesa del municipio Montse Roca, que fue la primera mujer en gobernar un ayuntamiento en la comarca del Baix Camp. Saben que alcanzar la alcaldía será difícil. Actualmente está en manos de ERC, que cuenta con siete concejales mientras que los socialistas son dos.
Pero su principal filosofía es la de «colaborar», la de contribuir en la gobernabilidad del municipio desde la responsabilidad que les toque a partir de unas reuniones de trabajo celebradas hasta ahora que definen como muy «provechosas» para poner propuestas encima de la mesa. «Si ganamos, perfecto. Y, si no, lo que queremos es aportar para mejorar el pueblo», sostiene Collado. La feminización del equipo impregna su modus operandi con un talante distinto al habitual.