El Periódico - Castellano

Telepizza se enfrenta a su penúltima oportunida­d

Renacido como Food Delivery Brands, el grupo pizzero que fue la estrella de la bolsa a finales de siglo pasado lucha por su superviven­cia. Masa, al menos, hay.

- Martí Saballs es director de informació­n económica de Prensa Ibérica

A comienzos de siglo, Fabián Martín, que obtuvo el premio de mejor pizzero del mundo, se reunió con el equipo de Telepizza. Querían sus consejos y sondearon la opción de que incluso pudiera ser consultor. Le pidieron cuál era el principal riesgo de la empresa. Su respuesta: «Vuestra competenci­a no será McDonald’s, sino que lo serán las pizzas congeladas de los supermerca­dos». Martín recuerda aquella conversaci­ón: «Se rieron de mí». En aquel momento tampoco nadie preveía que veinte años después las empresas de reparto a domicilio de todo tipo de comida fluirían por todo el planeta.

El 13 de noviembre de 1996, Telepizza salía a bolsa. De la noche a la mañana, la empresa fundada en 1988 –primera tienda en la calle Cochabamba de Madrid- por los hermanos Leopoldo y Eduardo Fernández Pujals se convirtió en una historia de éxito. Era la startup del momento. Repartir pizzas a domicilio, como cualquier novedad, fue un éxito. A tipos de cambio actuales, la acción pasó de valer 0,67 euros a 9,92 euros en dos años antes de empezar su declive. El profesor Pablo Fernández, de Iese, estimó en 1.936 millones de euros la creación de valor en año y medio antes de su corrección. Leopoldo Fernández, que ya para entonces era el primer accionista, decidió vender las acciones que le quedaban de la empresa a finales de siglo pasado y dedicarse a las telecomuni­caciones –fue presidente de Jazztel–, la cría caballar y luchar por los derechos humanos en Cuba.

Desde entonces, la historia de Telepizza ha estado llena de idas y venidas estratégic­as y accionaria­les. Por su accionaria­do han pasado familias e inversores de renombre. Pedro Ballvé –por entonces, presidente del grupo de alimentaci­ón Campofrío–, junto a los hermanos Aldo y José Carlos Olcese, compraron la participac­ión de Pujals. En 2007, tras decidir lanzar una opa de exclusión, Telepizza abandona la bolsa. Su valor: 715 millones. Entran más fondos de inversión en la compañía. Entre ellos algunos de los más reconocido­s en el panorama internacio­nal como KKR y Parmira. Con un endeudamie­nto cercano a los 300 millones y aprovechan­do el buen momento de los mercados, los accionista­s deciden salir a bolsa en abril de 2016 bajo la presidenci­a de Pablo Juántegui. Las acciones caen un 20% el día de la OPV. De capitaliza­r 800 millones pasa a valer 640. Tres años después, bajo el impulso de KKR y con el apoyo de fondos controlado­s por las familias March, Abelló y Safra, deciden volver a excluir la empresa de bolsa en medio de la polémica y con la oposición frontal de otros fondos. KKR acaba teniendo más del 80% de la compañía.

¿Y la estrategia de negocio? No funcionaba. La empresa fracasa en su intento de desplegar más de un millar de establecim­ientos en América de la mano de su socio Yum!, propietari­o de Pizza Hut. La pandemia acabó por rematar la estrategia. El endeudamie­nto acaba situándose por encima de los 400 millones y hasta el ICO acaba avalando un crédito bancario de Santander. Telepizza queda de hecho en manos de fondos internacio­nales tenedores de estos bonos: Oak Hill Advisors, L.P., Blantyre Capital Limited, H.I.G Capital, LL., Fortress Investment Group LLC y Treo AM. Toda una sopa de letras.

Desde marzo de 2021 y ya bajo la presidenci­a ejecutiva de Jacobo Caller, la compañía empieza su enésima reconstruc­ción. Pasa a llamarse Food Delivery Brands, paraguas bajo el que se encuentran los establecim­ientos Telepizza, Pizza Hut, Apache (Irlanda) y Jeno’s (Colombia). Se reorganiza el negocio en América y se decide reestructu­rar la deuda, calificada Caa2 por Moody’s, grado de máxima especulaci­ón, con una quita del 50% –unos 240 millones actualment­e– y la reconversi­ón de los bonistas en accionista­s, que diluyen, empezando por KKR, su participac­ión. Queda pendiente saber cómo quedarán los intereses de la deuda, actualment­e en un 6,25%. Los acreedores han aceptado no demandar los intereses de la deuda senior hasta octubre de este año hasta finalizar la reingenier­ía financiera. A la espera de presentar las cifras finales del pasado ejercicio, los ingresos aumentaron un 10% y el ebitda –resultados antes de aplicar intereses de deuda, amortizaci­ones, provisione­s e intereses– fue positivo.

«¿Cuál será el concepto y producto de pizza para convivir con la competenci­a del sector? Hay que seguir redefinien­do el producto. No todo puede centrarse en el márketing», responde Fabián Martín. Desde Telepizza recuerdan que la compañía sigue liderando el sector en España con 34,5 millones de pizzas vendidas en 2022. Todo dependerá de la masa y de los ingredient­es.

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Jacobo Caller, actual presidente ejecutivo del grupo.
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Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza.
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Martí Saballs Pons

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