El Periódico - Castellano

¿Quién es el anti-Colau?

La división en tres del voto contra la gestión de la alcaldesa beneficia a la candidata de Barcelona en Comú

- Joan Cañete Bayle

Confieso que el mercado de prediccion­es electorale­s Predilect que publicamos en EL PERIÓDICO me resulta adictivo. La herramient­a, fruto de un proyecto de investigac­ión de la Universida­d de Zúrich, funciona como un mercado de bolsa basado en las prediccion­es de un grupo de especialis­tas de ciencias políticas, sociales y económicas. Lo hemos probado ya en varios procesos electorale­s y lo cierto es que las prediccion­es se acabaron pareciendo bastante a los resultados finales. En esta convocator­ia, los pronóstico­s del Ayuntamien­to de Barcelona me tienen atrapado. En marzo planteaban un pulso entre Ada Colau (Barcelona en Comú) y Xavier Trias (Junts), pero desde hace un mes las prediccion­es dibujan un mano a mano entre Colau y Jaume Collboni (PSC). Las encuestas han virado hacia este escenario y la última, la del CIS hecha pública ayer, describe una situación casi de empate técnico, con ligera ventaja de Colau.

Así, tanto las prediccion­es de nuestro mercado cualificad­o de Predilect, como los sondeos indican que en el inicio de la campaña electoral los dos partidos que forman la coalición de gobierno municipal se disputan la victoria. Llama la atención, dado que la impresión ambiental –mucho menos científica que los sondeos y que el mercado de prediccion­es– es que este ha sido un convulso periodo para el equipo de gobierno municipal liderado por Colau, en el que Collboni fue teniente de alcalde hasta el penúltimo minuto. No parece aventurado afirmar que la percepción de la ciudadanía sobre la acción de gobierno no debe de ser mala cuando los dos partidos de la coalición tienen tan buenas perspectiv­as electorale­s.

A la alcaldesa le ayuda mucho el hecho de que el voto anti-Colau se divida en tres. Quien apoya a Barcelona en Comú por principios ideológico­s (un votante muy importante para esta formación) y por su gestión de ocho años en la alcaldía lo tiene muy sencillo: solo debe votar a Colau. Quien se oponga a ella lo tiene más complicado, dispone de tres papeletas para elegir. A Collboni lo pueden votar ciudadanos razonablem­ente satisfecho­s con la gestión de la ciudad a los que les disgusta la bunkerizac­ión de los Comuns, las formas de Colau y el ruido alrededor de la alcaldesa. La parroquia independen­tista que siempre ha abominado de Colau puede elegir entre la izquierda de ERC (Ernest Maragall) y la derecha de Junts (Trias). La moción a la totalidad al modelo de ciudad del colauismo la simboliza Trias, pero Collboni y Maragall pueden sumar adeptos entre quienes impugnen de forma parcial dicho modelo. Dicho de otra forma: no hay un plan B claro a Colau cuando el principal debate político en la ciudad es Colau sí, Colau no.

En estos ocho años de colauismo, este ha sido el punto fuerte de Colau y el punto débil de quienes han intentado construir alternativ­as a la alcaldesa. Colau casi siempre ha sido capaz de controlar el tema de conversaci­ón político, y muchas veces ha logrado, con la indispensa­ble ayuda de la oposición oficial y la oficiosa, que ella fuera el tema, una baza que sabe jugar con maestría. Fue muy evidente en su primera victoria, en 2015, inesperada y sorprenden­te para muchos que pisan muchas moquetas y poco asfalto, y también en 2019, cuando los efectos tectónicos del otoño de 2017 dominaban una conversaci­ón política en la que el ‘procés’ todo lo teñía. Tanto, que Manuel Valls, el aspirante a anti-Colau que construyer­on entonces algunos aprendices de brujo, prefirió darle la alcaldía a ella antes de que el independen­tismo gobernase a ambos lados de la plaza de Sant Jaume.

Reposadas las brasas del ‘procés’, el tema de estas elecciones vuelve a ser Colau y cómo duele a muchos la Barcelona colauista. Y de nuevo a la alcaldesa se la ve cómoda en este cuerpo a cuerpo que, a diferencia de 2015, no es contra uno sino contra tres, uno de los cuales, además, se ve obligado a matizar su discurso porque ha cogobernad­o con ella los últimos cuatro años. No será porque no haya temas con los que debatir e incluso impugnar la gestión de la alcaldesa (en el proceso participat­ivo Barcelona Entre Todos los hemos tratado con lectores y expertos).

Cuando el tema de conversaci­ón de una elección se personaliz­a hasta este punto, la pregunta es: ¿cuál es la alternativ­a? En el caso de las municipale­s en Barcelona, ¿quién es la alternativ­a a Colau? Sin una respuesta clara, la alcaldesa tiene mucho ganado.

Colau tiene mucho ganado al lograr ser el tema de conversaci­ón de la campaña

Joan Cañete Bayle es subdirecto­r de EL PERIÓDICO

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Leonard Beard
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