Los expertos echan en falta más dinero y medidas antisequía
▶ La situación actual se veía venir desde hace tiempo y ha habido «falta de previsión», alegan
A la decana del Col.legi d’Enginyers Agrònoms de Catalunya, Conxita Villar, le suenan a poco los 1.400 millones de inversión en infraestructuras hidráulicas en España anunciados por el Gobierno cuando solo en Catalunya se requieren 1.200 millones para modernizar el canal de Urgell, el de Pinyana y otras grandes obras para evitar las pérdidas que se producen por una red anticuada. Y lo mismo le sucede a su homóloga al frente del Col·legi Oficial d’Enginyers Tècnics i Perits Agrícoles de Catalunya, Montserrat Bas, con los 636 millones de ayudas directas a los empresarios del campo afectados por la sequía: «No ha habido nada extraordinario, y la situación lo es».
Los profesionales del campo ya se habían manifestado ayer que el paquete de ayudas del Gobierno para hacer frente a los daños por la sequía les parecía insuficiente. Mismo sentir se palpa ahora entre estas dos técnicas especializadas en el sector. «Bienvenidas son», sintetiza Villar, pero «faltan medidas para que estas personas puedan aguantar un año», completa Bas.
El gran problema, sostiene la primera, es que este escenario hacía tiempo que se veía venir y se ha producido una auténtica «falta de previsión», tanto de las administraciones como de las comunidades de regantes. Según los ingenieros agrónomos, los episodios de temperaturas extremas «parece que han llegado para quedarse», por lo que la gestión debe tener en cuenta los «valores extremos al tomar decisiones».
Lectura optimista
«Las mejoras que se plantean a largo plazotienenquehacersesíosí»,reconocentambiéndesdeelCol·legid’Enginyers Tècnics Agrònoms, aunque, incluso así, echan en falta cuestiones como la construcción de nuevos embalses en primera línea de mar. Hay, sin embargo, una lectura optimista. El presidente de la Comisión de Economía Agroalimentaria del Col·legi d’Economistes de Catalunya, Francesc Reguant, asegura que este plan crea y acelera la llegada de elementos que hacía tiempo que se tenían que abordar a nivel estratégico. «Si esto lo hubiésemos tenido a punto no hubiésemos tenido hoy estos problemas «, dice el economista.
Para Reguant, será cuando termine la campaña cuando se verá si las medidas se han quedado cortas o no. De momento, Montserrat Bas considera que faltan actuaciones más concretas como un apoyo más firme al sistema de seguros, el compromiso tácito de llegar hasta donde no pueda Agroseguro y la posibilidad de ampliar las pólizas, porque, por ejemplo, el terreno de regadío no está cubierto ante la falta de agua.
En ello incidía también la comisión del agua del Col·legi d’Enginyers Agrònoms en su documento de aportaciones, donde proponía que los seguros agrarios que ayudan a garantizar las rentas en situaciones de secano también incluyan las de riego, potenciar el uso de nuevas tecnologías y la digitalización en los usos del agua o una mayor dotación de los fondos europeos Next Generation destinado a la sostenibilidad el ciclo del agua. El Perte (proyecto estratégico para concurrir a los fondos europeos) de digitalización del ciclo del agua aprobado hace un año preveía 3.060 millones en los próximos años.
Regadío «eficiente»
Villar critica una política agraria muy restrictiva, muy centrada en el medio ambiente, lo cual es positivo, pero tiene poco en cuenta las especificidades de cada territorio. «Deberían dedicar más dinero a la innovación y la investigación», agrega. Solo de esta manera se podrá mantener un nivel elevado de soberanía alimentaria que se perseguía. En Catalunya no se llega al 40% y, de no tomar las medidas necesarias, se reducirá más.
A su parecer, lo que hay que conseguir es «un regadío más tecnificado y eficiente». Para ello serían necesarias ayudas, que no están previstas, porque esta necesidad precisa de inversiones en un sector «que cada vez está más tocado». Según Bas, lo que falta es «un plan generalizado del agua sabiendo que habrá momentos en que nos ahogaremos y momentos que pasaremos sed». Sobre todo, porque tal como destacan estos tres expertos, pese a que el sector primario apenas supone el 1% del producto interior bruto (PIB) en Catalunya, al unirlo a la industria agroalimentaria, su peso se eleva al entorno del 16%.
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