La eclosión del cooperativismo
En los últimos cinco años, la cifra de compañías creadas bajo la fórmula de la cooperativa asciende ya a 4.566, un 46% más. Muchas de ellas son de los sectores de los servicios y la energía.
Catalunya vive en los últimos años un boom cooperativista. A las históricas y resilientes sociedades se les van sumando nuevos proyectos, que desde un modelo alternativo a la empresa tradicional buscan expandir la filosofía cooperativa a otros nichos de mercado, como la energía o los servicios. En el último lustro, el número de compañías que se estructuran bajo el régimen de la economía social ha aumentado un 46%, hasta un total de 4.566 corporaciones. Tradicionalmente las alianzas agrarias adoptaron esta fórmula para compartir costes y poder competir con otros gigantes del sector. Y no, Bon Àrea de Guissona no está entre ellos, ya que desde 1999 se transformó en una sociedad anónima.
Ese paradigma de unirse para hacerse un hueco lo han copiado recientemente proyectos como Som Energia para otros suministros, que busca ofrecer una alternativa al oligopolio energético. Y si a principios del siglo pasado las cooperativas fueron una vía de acceso frecuente para las clases trabajadoras a la hora de construir y acceder a una vivienda, hoy vuelven a erigirse como la alternativa a la que recurren algunos. El sector de las cooperativas movía antes de la crisis una cifra de negocio de 18.122 millones de euros. Es una cifra modesta si se compara con gigantes del Ibex 35 como ACS de Florentino Pérez, que ese mismo año ingresó el doble que todo el sector cooperativo catalán.
No obstante, si se apunta más abajo, hay cooperativas catalanas que podrían rivalizar con los volúmenes de facturación de sociedades mercantiles de relevancia. Las 10 cooperativas que más facturan en Catalunya sumaron entre todas 1.914,6 millones en 2021, según los datos del registro mercantil facilitados por el Departament de Treball de la Generalitat. La que más ingresa, con diferencia, es la Federació Farmacéutica SCCL, comercialmente conocida como Fedefarma. Esta firma, con más de 2.900 socios cooperativistas y 95 años de historia, se dedica a la compra colectiva de fármacos y a su distribución entre pequeñas farmacias. En 2021 facturaron 792,2 millones de euros, una cifra de negocio no muy lejana a la de empresas populares como Casa Tarradellas (1.062 millones, en 2021). Un modelo de compras colectivas, el de Fedefarma, similar al que ofrece Quality Ferreteria Plus, con 240 socios y 320 puntos de venta. Estos ferreteros catalanes comparten la marca comercial Optimus con otras cooperativas ferreteras como Synergas (País Vasco), Cofedas (Asturias), Coinfer (Levante) y Coanfe (Andalucía).
Aunque más allá de lograr grandes cifras de negocio, algo reservado para unas pocas, una de las virtudes que destacan entre el mapa cooperativo es su resiliencia. Hasta el punto que uno de cada cuatro proyectos en activo actualmente en Catalunya ha nacido en el último lustro, pese a las dificultades de la pandemia y la actual crisis de precios.
Tradición agrícola
Las cooperativas agrarias son, con permiso de Fedefarma, las que copan los primeros puestos en cuanto a facturación. Cinco de las 10 cooperativas con más ingresas se dedican al campo. La fórmula de agruparse entre pequeños para ganar fuerza negociadora ante los grandes grupos de distribución hace tiempo que funciona en el campo catalán.
Aquí destacan firmas centenarias y ubicadas en la provincia de Lleida como la Cooperativa d’Ivars, heredera del Sindicato Agrícola y Caja Rural de Ibars de Urgell, da servicios y financiación a los ganaderos de la zona. También cooperativas de cooperativas como Actel, fundada en Lleida en 1980, pero con socios y actividad también en Zaragoza y que bajo su paraguas agrupa a 108 sociedades. Así como otra fundada en los 80, pero en la Catalunya Central, Agrocat, especializada en el cerdo. El año pasado comercializaron más de 360.000 tocinos, según recoge su página web.
No obstante, no todas las cooperativas están en el sector primario. Sociedades dedicadas a los cuidados y con una alta vinculación con la Administración, como Suara (dedicada los servicios como el cuidado de niños y ancianos), mueven cifras de negocio que rozan los 100 millones de euros y emplean a unas 4.000 personas. Otra de las icónicas cooperativas catalanas es Abacus, que pese a su popularidad no figura en el top 10 de estas sociedades con más facturación. Es la 12ª, con unos ingresos declarados en 2021 de 65 millones de euros y más de un millón de socios.
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Una de las virtudes más destacadas del mapa cooperativo catalán es su resiliencia Las del sector agrario son las que copan los primeros puestos en cuanto a facturación