Las empresas de geriátricos obtienen un 10% de beneficios
El Observatori DESC sobre el modelo del cuidado de mayores señala que falta «transparencia» en sanciones y calidad del servicio.
Las empresas privadas que gestionan residencias públicas obtienen un 10% de beneficios, frente al 3,9% de las entidades y fundaciones que también se encargan del funcionamiento de geriátricos públicos. Y también más que los centros gestionados por funcionarios, que no llegan al 2% de ganancias. Lo apunta un informe presentado ayer por el Observatori DESC (Drets Econòmics, Socials i Culturals), que apunta que esas ganancias se logran a base de mantener con sueldos precarios a sus trabajadores y todo ello repercute a su vez en la baja calidad del servicio. Las empresas privadas del sector de las residencias gastan un 25% menos en personal por hora trabajada en comparación con lo que destinan los centros públicos.
Grandes empresas privadas están gestionando la gran mayoría de servicios públicos que se encargan de cuidar a los mayores, en un sistema donde no hay transparencia, no se garantiza la calidad del servicio y en el que los empleados están mal pagados. Esta sería la foto fija sobre los geriátricos que hace el informe sobre la red pública de cuidados a los ancianos, bajo el título Hacia un modelo público comunitario para la provisión de servicios públicos. El caso de los servicios de cuidados en Catalunya. Uno de los datos que aporta el estudio es que, si bien en las residencias públicas gestionados por la Administración un trabajador cobra 10,1 euros la hora, en las residencias públicas gestionadas por empresas privadas este precio es de 7,7 euros la hora, un 25% menos. Las entidades sociales que hacen lo mismo destinan ocho euros la hora por cada empleado. No es de extrañar que estas empresas, según señala el estudio, obtengan un 10% de beneficios, bastante más que en las entidades sociales y los centros públicos.
Esta situación, según los autores del informe, repercute directamente en la vida de los ancianos. Las cifras son de 2019, año antes de la pandemia, cuando las deficiencias se hicieron evidentes, con más de 8.000 defunciones en Catalunya. «Servicios más físicos como la limpieza o el apoyo a realizar actividades diarias puede eclipsar servicios como hablar con las personas y ayudar en la soledad», señala el texto. Y esto hace que los empleados se vayan de los geriátricos. «Dadas las condiciones precarias del trabajo de los cuidados, la rotación de mano de obra puede llegar a superar un 15 o un 20%», dice el informe, mientras apunta que los usuarios, buscan todo lo contrario, seguridad, confort y estabilidad.
Opacidad
Los autores señalan que este problema de calidad del servicio viene de lejos, en el momento en que las administraciones prefieren subcontratar servicios públicos antes que gestionarlos ellos mismos. Un modelo, que dicen, beneficia a las grandes multinacionales. «Se atrae a la contratación esas entidades dispuestas a reducir el precio sabiendo que no podrán cumplir con los pliegues técnicos, aunque formalmente los cumplan en el momento de la licitación», apuntan «Hay numerosas dificultades para hacer cumplir los requisitos establecidos, imponer sanciones, rescindir los contratos o evitar proveedores de baja calidad», denuncian también los autores. A todo ello, dicen, hay que sumar la poca «transparencia» y «accesibilidad» de todas las sanciones y quejas acumuladas.
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El modelo de gestión basado en la subcontrata beneficia a las grandes entidades