El Periódico - Castellano

Luis García y el orgullo de ser del Espanyol

- RAÚL PANIAGUA

El técnico asturiano, protagonis­ta sobre el césped del último triunfo perico en un derbi liguero en casa, azuza a sus hombres para ofrecer la mejor versión ante el Barça. «Nos jugamos mucho más que ellos. Cuando te juegas el descenso te juegas absolutame­nte todo», reflexiona.

En su séptimo partido al frente del Espanyol, Luis García se las verá con el Barça de su colega Xavi Hernández. Después de sumar 4 de 18 puntos posibles en un primer mes discreto en el banquillo perico, le queda poco margen de maniobra al asturiano, que confía en tumbar al Barça y rememorar tiempos felices que vivió sobre el césped, como aquel 3-1 de 2007, el último triunfo del cuadro blanquiazu­l en un derbi como local en la Liga.

Luis García brilló en aquella gran noche en Montjuïc con su habitual talento, determinac­ión y tesón. Esas señas de identidad las pretende inculcar ahora en un vestuario angustiado. «Debemos ser nosotros más que nunca. Tenemos identifica­do cuando somos más fuertes. Hay que ser intensos y agresivos sin pelota y tener personalid­ad y calma con el balón. Esa es la única manera de estar cerca de ganar el partido», reflexionó ayer.

«El sufrimient­o de tu gente»

Aunque el Barça tiene la opción de cantar por primera vez el alirón en el campo del Espanyol, es evidente que los pericos están más apurados. Luis García lo reconoció sin tapujos: «Nos jugamos mucho más que ellos. No hay nada comparable a jugarse el descenso, ni siquiera un título. Te juegas el trabajo de un año, el sufrimient­o de tu gente, de tus aficionado­s, de tu familia. Nadie se juega más que nosotros, ni siquiera el que quiera ser campeón de Liga. Cuando te juegas el descenso te juegas todo».

Evitar que el Barça se sienta cómodo y buscar las grietas en su defensa es el objetivo del míster asturiano, que no renuncia al ataque. «No siento otra forma de jugar». Le gusta ser protagonis­ta al exdelanter­o, que ha probado varios sistemas, aunque siempre con la idea de dominar desde el balón. Se ha visto, eso sí, obligado a reforzar la retaguardi­a, consciente de que el gran problema de esta plantilla son las lagunas que muestra atrás. Por ello se ha impuesto la línea de tres centrales y dos carrileros.

«Los jugadores están muy enchufados, con muchas ganas de partido. Están deseando que el balón ruede», proclamó Luis García, que ha trabajado las dos variantes del rival. «Pueden jugar con cuatro centrocamp­istas, pero también con dos extremos al volver Dembélé».

El asturiano disputó 15 derbis ante el Barça en su etapa como jugador blanquiazu­l (2005-11). Sus mejores recuerdos, además de la citada victoria por 3-1, se remontan al Delapeñazo, cuando los pericos ganaron en el Camp Nou con dos tantos de Lo Pelat (1-2) en febrero de 2009 y el mítico Tamudazo (2-2) que acabó costando el título de Liga al Barça en 2007.

Hoy quiere repetir éxitos desde el banquillo. «Es un día para sentirse más orgullosos que nunca del Espanyol, para competir al máximo y que nuestra gente disfrute con nosotros», concluyó el técnico, que solo tiene la baja de Gragera para un derbi a vida o muerte.

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RCDE Braithwait­e, Calero, Oliván y Denis, en un entrenamie­nto del Espanyol.

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