No perder por goleada ante ERC y el PSC y vencer en la capital catalana
Junts se lo juega casi todo, en las municipales del 28 de mayo. Por tanto, los retos también están a la altura del desafío y se resumen en la necesidad de no perder por goleada ante ERC y el PSC en el conjunto de Catalunya y, sobre todo, en lograr una victoria en Barcelona que compensaría al resultado global en el resto del territorio. Que se lo juega todo se explica con facilidad: el partido de ilustres posconvergentes como Jordi Turull, Josep Rull o Xavier Trias, no puede permitirse el lujo, después de salir del Govern, de ser una fuerza sin peso territorial. Y es que si algo forjaba el poder convergente durante décadas era, precisamente, la red de alcaldías y pactos locales en Catalunya.
La influencia del partido es lo que ahora está en juego en una formación que ha perdido mucho dinero y poder tras abandonar por decisión propia el Govern de la Generalitat, y que tiene un debate interno pendiente de resolver. El resultado también se leerá en esta clave, porque por ahora la campaña de las municipales es netamente municipalista. El discurso independentista se presupone, pero no se superpone. Y las alianzas posteriores serán prioritariamente con otros partidos independentistas pero sin limitaciones para entenderse con otros, incluido el PSC, por mucho que los afines a Laura Borràs aborrezcan esta posibilidad.
Barcelona es sin duda la principal apuesta. Junts ha pasado de tener encuestas que dejaban al partido al borde de la insignificancia en el ayuntamiento, a verse con opciones de lograr la alcaldía. Como es sabido, Elsa Artadi tiró la toalla alegando estrés. Trias, que se negaba a volver, ha sido rescatado como el gran salvador del partido. Pero ha puesto condiciones, hará lo que considere oportuno en cuanto a la lista, el programa, los pactos y el estilo de campaña. Y ello ha supuesto una nueva muestra de fricción interna porque los más fieles a la presidenta del partido, Borràs, se muestran molestos con Trias y el 24 % de los militantes de la ciudad no avalaron su candidatura. Dado que las expectativas se han elevado al máximo, cualquier resultado que no sea una victoria de Trias será un desastre. Además, podría ganar pero no gobernar. Y en ese caso, como ha avanzado él mismo, se iría a casa.
Girona es otra gran clave de JxCat. Hoy es el principal centro de poder del partido junto a la Diputación de Barcelona. Allí se ha optado por el relevo de Marta Madrenas por la ‘exconsellera’ Gemma Geis. El objetivo es mantener el gobierno local con pactos. Lo mismo que en Lleida porque allí con un discurso ajeno totalmente al de Borràs, se aspira a todo. En Tarragona, otro tanto: Junts intentará levantar cabeza.
Donde tiene una asignatura pendiente es en el área metropolitana de Barcelona. «No esconderemos nuestro independentismo para ganar votos», proclamaba hace un tiempo un líder del partido en relación a este territorio que concentra la mayor población de Catalunya y donde el soberanismo tiene serias dificultades para penetrar. FIDEL MASREAL