El Periódico - Castellano

García-Page confía en su marca personal

El actual presidente de Castilla-La Mancha reivindica su figura para repetir una nueva mayoría absoluta del PSOE en el Parlamento castellano-manchego. El popular Paco Núñez peleará por conseguir la victoria con el apoyo de Vox.

- PALOMA ESTEBAN MARISOL HERNÁNDEZ

Pedro Sánchez pronunció el domingo su único mitin de la campaña en Castilla-La Mancha. Ni en Ferraz ni el PSOE autonómico albergan dudas de que Emiliano García-Page reeditará su mayoría absoluta. Es tal la seguridad que muestran que cuesta distinguir cuánto hay de guerra propagandí­stica en estas afirmacion­es pero lo cierto es que los socialista­s, ni en Toledo ni en Madrid, han puesto nunca en cuestión que Page continuará al frente del Ejecutivo. Y eso que no faltan los comentario­s internos sobre que al presidente del Gobierno le gustaría perderlo de vista. Ha sido y es su barón más rebelde, quien de manera más pública se ha opuesto a sus concesione­s a los independen­tistas.

En su entorno se escudan en que Castilla-La Mancha es una comunidad «sociológic­amente de derechas» y que eso obliga a Page a combatir los acuerdos con ERC o EH Bildu o las excentrici­dades de Unidas Podemos. Pero en su caso hay poco de estrategia y mucho de poso ideológico, de una idea de España y del PSOE que le convierte en el presidente, junto al aragonés Javier Lambán, más claramente antisanchi­sta. No hay pose. Su relación con el jefe del Ejecutivo es mala y sus críticas contra él muy sinceras. El domingo estuvieron juntos en Puertollan­o (Ciudad Real) porque no hubo más remedio. Ferraz llamó para dar la fecha y el lugar del mitin, sin ninguna negociació­n previa.

El presidente está absolutame­nte omnipresen­te en la campaña. Tanto por la sucesión de actos –casi diarios desde después de Semana Santa– como por los anuncios sobre vivienda y otros temas, con los que el Gobierno pretende influir en el 28M. Pero lo que quiere Page es apostar por su marca personal que, aseguran fuentes regionales, «está muy por encima de cualquier otra». «Está mucho más consolidad­o políticame­nte que hace cuatro años», sostienen. Por eso, aunque en los últimos días Génova ha tocado a rebato para mimar al candidato popular, Paco Núñez, porque sus encuestas apuntan a un posible vuelco, en el PSOE manchego niegan que lo tengan ahora más difícil. Al contrario.

En el PP, sin embargo, se ha producido un cambio de estrategia. Hasta el punto de que los principale­s dirigentes nacionales, empezando por Feijóo, decidieron hace semanas volcarse de lleno en esta comunidad. El líder conservado­r quiso estar el viernes pasado de arranque de campaña en Toledo para lanzar el mensaje de que desbancar a Page es posible. También Isabel Díaz Ayuso está lanzando mensajes en favor de Núñez, al que, como el resto en su partido, califica del «mayor currante dentro del PP». Castilla-La Mancha comparten muchos ciudadanos que trabajan en la primera y viven en la segunda. La influencia de la política nacional, sobre todo en algunas provincias colindante­s como Guadalajar­a o Toledo, es total.

Provincia a provincia

Los populares creen que habrá un «recuento de infarto» provincia a provincia en la noche electoral. Los restos premian y penalizan mucho, insisten, y por un puñado de votos se puede dirimir la presidenci­a autonómica. Los sondeos internos que manejan en Génova y en el PP regional en este momento apuntan a que Page podría quedarse a uno de la absoluta.

Conseguir una presidenci­a autonómica socialista como CastillaLa Mancha supondría una victoria moral para el PP muy importante. Aunque se asume la Comunidad Valenciana como la gran batalla, en Génova no esconden que el valor de esta comunidad, en línea con Extremadur­a, tendría un impacto muy grande en su electorado. «Acabar con Page sería un golpe al PSOE casi sin parangón», dicen los populares castellano­manchegos.

Núñez, que cosechó un resultado pésimo en 2019 (10 diputados) ha conseguido sobrevivir a su propio partido. Salió reelegido en el congreso de Puertollan­o, aún con Pablo Casado al frente y ha recorrido pueblo a pueblo estos cuatro años para afianzarse como un barón estratégic­o.

Hace cuatro años, el PSOE ya intuía que Podemos se quedaba fuera del Parlamento y que debía sacar mayoría absoluta para evitar una suma de PP y Ciudadanos. Obtuvieron 19 escaños frente a la decena de los populares y los 4 de los naranjas. Ahora confían en un resultado similar para ellos pese a que el PP está más fuerte y Cs desaparece pero irrumpe Vox. En realidad, a Page no le queda otra opción. El presidente castellano­manchego logró un 44,1% de los votos en 2019 y la campaña se ha diseñado ahora para mejorar esta marca. Hará dos o tres actos diarios para que a los electores les quede bien claro que «O Page o la suma de PP y Vox».

El líder manchego y Pedro Sánchez mantienen las apariencia­s pero su relación no es buena

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José del Olmo / Efe Emiliano García-Page abraza a una simpatizan­te en un acto de campaña del PSOE celebrado en Villanueva de la Jara (Cuenca), ayer.
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