El Periódico - Castellano

Nueve muertos y 13.000 evacuados por inundacion­es en el norte de Italia

Más de 21 ríos se han desbordado y ha habido 250 desprendim­ientos de tierras

- IRENE SAVIO

El clima está siendo este mes particular­mente devastador en Italia. La misma región italiana que el pasado verano sufría las calamidade­s de la sequía y veía cómo el Po, su río más caudaloso, languidecí­a, ha quedado ahora anegada por el agua. Por segunda vez en pocas semanas, las lluvias torrencial­es y los desbordami­entos desbocados de ríos han impactado especialme­nte sobre la Emilia Romaña (norte), donde en algunas áreas cayeron hasta 300 litros de agua en pocas horas. Allí el último balance es de al menos nueve muertos y varios desapareci­dos, según han informado las autoridade­s. Más de 13.000 personas además han sido evacuadas de sus casas. Y la lluvia del ciclón Minerva sigue sin dar tregua.

La catástrofe ha dejado escenas dramáticas. En la ciudad de Cesena, cerca de la cadena montañosa de los Apeninos, diversas personas permanecie­ron en las últimas horas en los techos de sus casas y escaparon arrojándos­e a nado por calles reconverti­das en ríos. Una mujer y su hija pequeña tuvieron que ser salvadas por sus vecinos, que las arrastraro­n a la fuerza entre el barro y rl agua después del desbordami­ento del río Savio.

Escenas parecidas también se produjeron en la pequeña localidad de Castrocaro Terme, donde los bomberos tuvieron que usar un helicópter­o para rescatar a dos padres con sus bebés. Por su parte, la dirección de la Fórmula 1 anunció ayer la suspensión del Gran Premio que debía disputarse el próximo domingo en la ciudad de Imola, al sexta prueba del Mundial, por motivos de seguridad. Esto después de que el martes fueran evacuadas las instalacio­nes de Autódromo Enzo y Dino Ferrari. Las fuertes lluvias provocaron el desbordami­ento del río Santerno, aledaño al circuito.

El Gran Premio de F1 que debía disputarse el próximo domingo en Imola ha sido suspendido

Culpa de la sequía

Las ciudades afectadas son muchísimas, por los más de 21 ríos que se han desbordado, junto con los alrededor de 250 desprendim­ientos de tierra registrado­s. Además de las mencionada­s, entre las más golpeadas están Bolonia, Forlì, Rímini, Rávena, Capocolle di Bertinoro y Riccione, donde incluso se inundó uno de los centros de urgencias de un hospital de la localidad. La circulació­n en diversos tramos de la autopista A14, así como la de los trenes regionales, ha sido suspendida.

«Hay varios barrios que están bajo el agua y miles de peticiones de socorro», lamentó Gian Luca

Zattini, alcalde de la ciudad de Forlí, de poco más de 100.000 habitantes. «La ciudad está devastada y dolorida. Es el fin del mundo», añadió el alcalde. En Forlí y en otras localidade­s de la zona fueron muchos los vecinos tuvieron que ser socorridos por las fuerzas de seguridad después de que se refugiaran en los tejados o pisos altos de sus viviendas ante la subida del nivel del agua.

El nuevo evento atmosféric­o extremo se produce pocas semanas después de un episodio similar a comienzos de mes. En esos días, la inundación provocada por el río Lamone, junto con otros afluentes adyacentes que también se desbordaro­n, provocó que las autoridade­s regionales pidieran la declaració­n del estado de emergencia en toda la región.

La amenaza además es ahora que el mal tiempo se cebe con otras regiones, como el vecino Piamonte. Y paradójica­mente la culpa sería también de las sequías, que han dañado los suelos, con la consecuenc­ia de que ahora no están absorbiend­o el agua que cae de forma torrencial.

Según los datos difundidos, en 24 horas, se produjeron 16 tempestade­s violentas en Emilia Romaña y cuatro en Las Marcas.

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Pasquale Bove / Efe Una familia es evacuada en Coccolia, cerca de Rávena.

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