El Periódico - Castellano

«Con un incendio, todo esto podría arder gravemente»

- G. C.

Vecinos de Cubelles (Garraf) expresan su preocupaci­ón por el estado de sus urbanizaci­ones. Arbustos, matorrales y árboles crecen sin control cerca de las casas, por lo que, según explican los vecinos, no se cumple con la obligación de mantener franjas de seguridad entre árboles y viviendas.

Sebastián Cuenca cambió de casa cuando tenía ocho años. Sus padres le llevaron a vivir a una zona llena de bosque, dentro del municipio de Cubelles (Garraf). «En aquel momento éramos muy pocos, solo habían llegado los primeros colonos, por decirlo de alguna forma, y se empezaban a parcelar los terrenos. Vivir a 40 minutos de Barcelona y con un paisaje agradable y cerca de la playa era fantástico», recuerda.

Vivió los cambios de los años 90 y 2000: «La zona pegó una explosión, con los booms económicos. Vino más gente y se fueron ocupando los terrenos disponible­s hasta que se construyer­on todas las casas que tenemos hoy». Cuenca tiene 57 años y todavía vive en la urbanizaci­ón Mas Trader. Comparte vecindario con sus hijos y con otros vecinos. A la alegría de décadas atrás, ahora se suma la preocupaci­ón por el estado de los solares forestales abandonado­s. Con el calor, teme por la urbanizaci­ón: «Con un incendio, todo esto podría arder gravemente».

En marzo ya tuvieron un aviso, cuando se declaró un fuego en el área del Corral d’en Cona, otro núcleo de casas cercano. «Nuestra urbanizaci­ón, como las otras que tenemos aquí cerca, siempre estuvo rodeada de bosque», detalla. «El problema es que en algunas zonas la falta de mantenimie­nto se ha acumulado año tras año», añade. «El incendio de marzo fue pequeño de casualidad, las masas forestales están cerca de las casas y podríamos haber tenido un problema serio por culpa de la dejadez», opina Cuenca. Arbustos, matorrales y árboles crecen sin control cerca de las casas, por lo que, según explican los vecinos, no se cumple con la obligación de mantener franjas de seguridad y distancia entre árboles y viviendas. Arbustos y matorrales, dicen los expertos, son grandes propagador­es de incendios. Y más en una situación de sequía como la actual, un escenario que todavía genera más nerviosism­o en Mas Trader.

Un ejemplo más

Para poner freno a la situación, desde hace un tiempo los vecinos se organizaro­n para exigir al ayuntamien­to que actúe de oficio, ya que no lo hacen los propietari­os. Pero la situación persiste. Su caso solo es un ejemplo más de las miles de casas que hay en Catalunya rodeadas de árboles y maleza.

En total, son más de 700 urbanizaci­ones en terrenos forestales. Los incendios de los últimos años confirman el riesgo al que están expuestos vecinos como Cuenca. Esta primavera no solo se han quemado tres hectáreas de una urbanizaci­ón en Cubelles. También hubo otro fuego en Calafell, en el vecindario de Can Mel.

Este primer trimestre que ya hemos dejado atrás, con datos de récord, es un preludio de lo que puede suceder en verano, advierten los bomberos de la Generalita­t. El año pasado les tocó sufrir las consecuenc­ias de los incendios a los vecinos de la urbanizaci­ón River Park, en El Pont de Vilomara (Bages). Pero cada año, en Catalunya, arranca la campaña de incendios con cientos de casas en peligro y sin las franjas de delimitaci­ón obligatori­as hechas.

«El incendio del mes de marzo fue pequeño de casualidad», explica Cuenca

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Pau Martí Moreno Sebastián Cuenca, en su finca.

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