El Institut de l’Esport de BCN no podrá usar las piscinas de Montjuïc
El centro de FP de referencia en el deporte se trasladará en el curso 2023-24 a los bajos de la instalación, pero sin poder utilizar las piletas al estar su gestión privatizada.
Ubicado literalmente bajo las piscinas municipales de Montjuïc –marco de las fotografías de postal de los atletas olímpicos volando sobre la ciudad que dieron la vuelta al mundo el verano de 1992–, la futura sede de Institut de l’Esport de Barcelona (IEB) será también, seguro, espectacular.
Son 5.000 metros cuadrados de planta en un espacio hasta ahora cuanto menos infrautilizado –entre las columnas que sostienen las piscinas–, en los que su entregado director, Carles López, visualiza un gran equipamiento que sea «laboratorio de la salud» y centro de referencia de la Formación Profesional en el ámbito del deporte [ «sector que genera más puestos de trabajo entre los jóvenes de a ciudad», apunta] a la vez que un espacio comunitario de práctica deportiva, al que los vecinos del Poble Sec puedan acceder a precios populares.
Instalaciones deportivas que gestionarán los propios alumnos, que practicarán así las tareas de gestión. Y un contacto con el vecindario que busca, además, un empoderamiento de los estudiantes, protagonistas y gestores de espacio, estrategia clave en la lucha contra el abandono escolar.
En principio, la primera fase de la nueva sede de IEB, apuesta estratégica del Ayuntamiento de Barcelona, se estrenará el curso 23-24, en apenas unos meses, aunque el estado actual de las obras lo hace difícil de creer. El edificio luce aún como un esqueleto.
Su director pasea por las obras ilusionado mientras narra todas la oportunidades que el nuevo edificio ofrecerá al proyecto, aunque con una espina evidente: no podrán utilizar las majestuosas piscinas municipales de su cubierta, al estar su gestión privatizada, como la inmensa mayoría de los equipamientos deportivos de la montaña.
Los propios alumnos gestionarán el equipamiento, que se estrena este año
50 años de concesión
«Tienen una concesión a 50 años y solo las abren en verano. Durante el resto del año sirven solo para que se bañen las gaviotas», lamenta López, a quien al principio le costó entender situaciones como que el instituto público que dirige tenga que pagar 24 euros por hora y carril para alquilar las Piscines Picornell –también municipales– para sus clases prácticas. Unas tarifas más caras que las que les cobra el privado Club Montjuïc (14 euros por hora y carril).
Teniendo en cuenta que necesitan alquilar 104 horas por semana -entre a otros profesionales, el centro está formando a monitores de aquagym- se hace bastante doloroso el repago; situación que no se solucionará con el nuevo edificio (ya que la piscina sobre el instituto, hoy por hoy hasta el 2034, tiene una gestión privada que no está por la labor).
Pese a que la alegría no puede ser completa por la imposibilidad de usar su piscina –herencia de una manera de construir la ciudad–, López insiste, «por justicia», en subrayar la escucha por parte de ayuntamiento y su «apuesta clara» por el IEB, el tercer centro de Formación Profesional público especializado en la ciudad [el primero fue el Náutico, vinculado a las profesiones vinculadas al mar, y el segundo, el Tecnológico].
«El deporte es un sector que crea muchos puestos de trabajo en la ciudad. El abanico está creciendo. Las personas mayores, por ejemplo, hace una generación era inimaginable que hicieran deporte y ahora son un nicho importantísimo», señala el director mientras anda por la montaña, camino que sus alumnos están acostumbrados a hacer, ya que las asignaturas prácticas las hacen en equipamientos municipales distribuidos por medio Montjuïc (en las mismas condiciones que las piscinas, pagando un alquiler por hora).
Antes de la apertura del IEB –que echó a andar en septiembre de 2020, en plena pandemia–, había 19 centros privados ofreciendo estudios de Formación Profesional vinculados al deporte y solo tres públicos. Hoy el IEB tiene 520 alumnos y con el nuevo edificio llegarán a 700, pudiendo acoger hasta a 900, con una oferta variada que va desde un bachillerato deportivo en alianza con el instituto Papasseit hasta FP de grado superior en Acondicionamiento Físico o un curso para formar a personas con discapacidad intelectual como utilleros, en un espacio de la Escola Tres Pins, también en la montaña.
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