El Periódico - Castellano

Alemany rectifica y se queda en el Barça como jefe de Deco

En un inesperado giro, y tras una reunión con el presidente Joan Laporta, el director de fútbol comunicó su deseo de continuar en la estructura deportiva tras renunciar a irse al Aston Villa.

- MARCOS LÓPEZ LAIA BONALS

Se fue y ha vuelto a los 15 días. La oferta del Aston Villa, que era «irrechazab­le» entonces, no ha seducido ahora a Mateu Alemany, que ha protagoniz­ado un extraño viaje de ida y vuelta a Birmingham para no moverse, finalmente, de su despacho en el Camp Nou. No explicó las causas de su adiós (el club emitió un comunicado tras el Barça-Osasuna indicando que el director de fútbol «iniciaba un nuevo camino») ni tampoco lo hace ahora a su vuelta después de tan repentino giro.

El silencio preside ese repentino e inesperado movimiento porque Alemany se iba atraído por la propuesta inglesa, donde supuestame­nte debería tener el control y dinero que no dispondría en el Barcelona, y ayer, en cambio, se presentó en el despacho del presidente Joan Laporta para tomarle la palabra que le dio este el 2 de mayo.

«Si te lo piensas mejor, queda abierta siempre la puerta para volver», le dijo el dirigente ese día antes de que el Barça enfilara el camino hacia el título con el decisivo gol de Alba sobre Osasuna, unido a la derrota del Real Madrid en San Sebastián con la Real. El ejecutivo tenía clara su decisión. Se iba. Sí o sí. Se iba, pero ha vuelto, dos semanas más tarde, argumentan­do que todavía siente suyo el proyecto deportivo azulgrana, que acaba de conquistar la Liga con 14 puntos de ventaja sobre el equipo de Ancelotti.

Siente el ejecutivo que le queda aún trabajo por hacer en el Camp Nou. El mismo trabajo que tenía cuando eligió irse al Aston Villa, aunque en ningún momento se oficializó ese pacto.

Sorpresa en el club

Un acuerdo, sin embargo, que no anunció el director de fútbol del Barça. Ni tampoco lo reveló el club inglés, que se ha quedado sin el ejecutivo que debía pilotar la reconstruc­ción del equipo que entrena Unai Emery. Ni se firmó documento alguno, lo que le dejaba siempre abierta la puerta del retorno. Una puerta que cruzó Alemany con enorme celeridad. Un retorno que nadie imaginaba, provocando auténtica sorpresa entre los propios jugadores y diversos sectores del club. Ni siquiera el propio Xavi, el técnico que calificó a Alemany de pieza «capital en la reestructu­ración del club», imaginaba ese sorprenden­te desenlace.

Pieza capital que era. Pieza capital que lo seguirá siendo porque Alemany le tomó la palabra a Laporta, quien acepta feliz ese inesperado regreso porque le permite mantener la estructura deportiva que había diseñado hace dos años donde Alemany no solo es el director de fútbol sino la persona que tiene diálogo directo con LaLiga (algo que ni Jordi Cruyff en su momento ni ahora tampoco Deco pueden hacer) además de tener el mapa del fair play salarial en su ordenador. No basta con trasladar esos excels sino con interpreta­rlos y actuar sobre ellos.

Más aun este verano donde el Barça debe encajar muchas piezas para inscribir primero a Gavi, Araujo y Balde –objetivos prioritari­os– y abordar después el retorno de Leo Messi, asunto capital para la recuperaci­ón económica en

Montjuïc. Y, por supuesto, emocional. En este inusual movimiento, el Barça no se ha movido de su sitio. Alemany, sí. No podía competir el club azulgrana en el plano económico con el Aston Villa, por lo que le mantiene al ejecutivo, que guarda una excelente relación personal con Laporta, las mismas condicione­s que tenía antes de su efímera marcha, incluyendo el contrato que ya poseía hasta 30 de junio de 2024 e idéntico salario.

De Jordi a Deco

En ese viaje de ida y vuelta a Inglaterra, el único cambio que tendrá Alemany es su compañero de trabajo en la dirección deportiva para pilotar la exigente reconstruc­ción que necesita Xavi para darle un nuevo impulso al Barça. Cambia a Jordi Cruyff por Deco, aunque el club recalca que la convivenci­a entre el hijo de Cruyff (era el director deportivo) y Alemany (era, es y seguirá siendo director de fútbol) había sido buena. No es, por lo tanto, el argumento de su marcha ni tampoco de su posterior rectificac­ión, según deslizan desde el Barça.

Jordi se marchó porque entendía que «había llegado el momento de cerrar un ciclo», como él mismo escribió en su cuenta de Twitter. Alemany se queda porque considera que todavía puede aportar a un proyecto inconcluso, que ha dominado en España (Supercopa y Liga), pero no le ha alcanzado en Europa, eliminado cuatro veces en menos de dos años. Tras cogerle la palabra a Laporta, el ejecutivo se puso a trabajar como si nunca se hubiera ido. En realidad, no se había ido. Un par de reuniones con Deco, una matinal; otra, vespertina, para dibujar las claves del nuevo Barcelona, olvidando su fugaz aventura inglesa. Y Laporta vuelve a tener, otra vez, a su ideólogo.

Laporta le dijo que tenía la puerta abierta para volver y el ejecutivo le ha tomado la palabra

 ?? Jordi Cotrina ?? Alemany, Jordi Cruyff y Enric Masip, en el palco del Camp Nou en el clásico copero contra el Madrid.
Jordi Cotrina Alemany, Jordi Cruyff y Enric Masip, en el palco del Camp Nou en el clásico copero contra el Madrid.

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