28M: escaramuzas, ataques y contrataques

Juanjo Fernández, nuestro experto en seguridad del Estado, ha adelantado que los expertos de la policía y de la inteligencia española han detectado diversos ataques que podrían tener como última finalidad cuestionar el recuento electoral de la noche del 28M si la derecha extrema no alcanza los resultados que espera. Visto lo ocurrido en algunos países, esta posibilidad ha pasado a ser verosímil aunque, como toda amenaza de inteligencia, siga teniendo algún tinte conspiranoico. Que el Estado haya puesto este asunto de los ciberataques en el frontispicio de la seguridad nacional es, sin duda, una noticia tranquilizadora porque significa que ha sabido adaptarse a unos tiempos en los que el terrorismo, sea yihadista o de ETA, ha remitido.

Los políticos parecen menos preparados para esta readaptación. Que ETA haya sido protagonista de una campaña municipal en el año 2023 es síntoma de muchas cosas, y casi ninguna buena. En primer lugar, que el mundo de Bildu aún tiene camino por recorrer en su plena integración en la vida democrática. Incluir convictos de asesinato en las listas municipales tiene algo de provocación y mucho de falta de sensibilidad con las víctimas. El tramo de la reconciliación aún no se ha recorrido en el País Vasco y el exceso de gesticulación del PP no hace menor este problema. En segundo lugar, si el PSOE ha decidido que la presencia de Bildu en las instituciones es un objetivo político debe dejar de actuar subterráneamente, como si eso no estuviera pasando, y añadir a las exigencias en sus negociaciones un compromiso con la reconciliación. Y en tercer lugar, los asesores de uno y otro partido deberían repensar esa estrategia de tratar en la campaña municipal asuntos que poco tienen que ver con los ayuntamientos, porque eso no hace otra cosa que alentar la abstención, y eso ya sabemos que beneficia a los mismos que siembran las dudas sobre los resultados Los ataques cruzados como los de estos primeros días son una suma cero.