La pujanza de Bildu amenaza al PNV
Los nacionalistas vascos gobiernan en las tres capitales de la comunidad autónoma. No obstante, algunos sondeos auguran una subida de los aberzales el próximo domingo.
El PNV ha ganado todas las elecciones autonómicas y municipales de la reinstaurada democracia, y solo se le han resistido las europeas de 1987 y apenas cuatro comicios generales. Para este 28M en que el País Vasco renueva alcaldías y juntas generales, la hegemonía de los peneuvistas es indudable –gobierna las tres capitales y las tres diputaciones vascas– pero lo es también la fuerza con la que Bildu quiere rentabilizar sus nuevas credenciales como uno de los socios prioritarios del Gobierno central.
Aún falta un año para las elecciones autonómicas vascas, pero esta primera cita servirá de termómetro. Y aunque en 2020 el lendakari, Iñigo Urkullu, logró un 39% de los votos frente al 27,9% de la izquierda abertzale, eso fue antes de que Bildu confirmara su nuevo rol, mucho más pragmático, en Madrid. Ambas formaciones facilitaron la investidura de Sánchez, pero Bildu se ha convertido en un apoyo indispensable para los Presupuestos y algunas de las medidas más progresistas del Gobierno, un perfil que hasta ahora servía al PNV como credencial exclusiva, por lo que le ha salido un enorme competidor. «EH Bildu ha cambiado el derecho a decidir por el derecho a dirigir; pero eso sí, en Madrid», dijo el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, tras la aprobación de la ley de vivienda. Bildu, por su parte, insiste en situar al PNV como un partido conservador pese a su papel de apoyo al gobierno progresista.
Cosa de dos
En las municipales de 2019, el PNV ganó con el 36,2% de los votos y se hizo con 1.050 concejales, mientras que Bildu obtuvo un 25,1% de las papeletas y 931 ediles. Ambos han demostrado que los comicios en Euskadi son cosa de dos partidos. Pero algunas encuestas en las capitales de provincias ponen nervioso al PNV. En Vitoria, el PNV logró la alcaldía en 2015 pese a ser tercera fuerza. Sus cinco concejales se sumaron a los seis de Bildu y dos de Podemos para arrebatar el bastón de mando al popular Javier Maroto, que había obtenido nueve. En 2019 fue primera fuerza con siete ediles, frente a los seis de PSE y Bildu, los 5 del PP y los tres de Podemos. El resultado estuvo algo más ajustado entonces, y aunque las encuestas parecen garantizar la victoria del actual alcalde, habrá batalla por el poder. En Bilbao, el CIS ha dado un susto al alcalde del PNV, Juan Mari Aburto: aunque apunta a que vencerá en los comicios, quedaría lejos de los 15 necesarios para la mayoría absoluta y el subidón que la encuesta augura a la izquierda abertzale, que pasarían de cuatro a entre cinco y siete concejales, no ayuda a acallar los fantasmas.
En Donostia, sin embargo, el PNV recuperó en 2015 una alcaldía que no lograba desde 1987.
En 2019 amplió su ventaja, con diez concejales frente a los seis de Bildu y los cinco del PSE. Las encuestas auguran resultados similares. El tercero en discordia es el PSE. Pese a que incluso logró la Lehendakaritza en 2009 tras pactar con el PP para desbancar al PNV, su papel en Euskadi se limita desde hace años a dar su apoyo para formar gobierno. El PSE aspira a arrebatar a Bildu la segunda fuerza en aquellas plazas en las que tienen más opciones y asegurar alcaldías como las de Ermua, Irún o Barakaldo. Todo suma en unos comicios municipales que son antesala del verdadero examen para el PSOE, que llegará en noviembre en forma de elecciones generales.
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