Lluís Homar se pone místico
El actor regresa al Romea con la Compañía Nacional de Teatro Clásico al frente de dos propuestas íntimas que combinan versos de San Juan de la Cruz y de otros autores con música: ‘Alma y palabra’ (de hoy hasta el domingo) y ‘El templo vacío’ (del 13 al 18).
En una era donde todo está al alcance de un clic, en la que triunfa el mindfulness y el yoga en nuestra sociedad, Lluís Homar viaja a la esencia de los místicos para transmitir sosiego al espectador con una experiencia que va de lo terrenal a lo espiritual. El actor, que dirige la Compañía Nacional de Teatro Clásico, regresa al Romea con dos creaciones muy íntimas y desnudas que poco tienen que ver con los clásicos teatrales puestos al día de sus últimas visitas.
Esta vez Homar presenta un programa doble destinado a conectar con nuestra dimensión más profunda que toca el alma mediante el verso, la música y el arte con dos espectáculos que por primera vez se ofrecen juntos. Esta tarde estrena en Barcelona Alma y palabra (solo hasta el domingo 11), una propuesta basada en poemas de San Juan de la Cruz que recita junto a Adriana Ozores alternando con pasajes de la Música callada de Frederic Mompou interpretada por el pianista Emili Brugalla. El escenario está presidido por el cuadro del Cristo crucificado de Velázquez.
Y del 13 al 18 de febrero Homar ofrecerá El templo vacío, un espectáculo muy personal con dramaturgia de Brenda Escobedo que bebe tanto de las experiencias de autoconocimiento del propio actor y director como del pensamiento místico de autores diversos: desde Ibn Arabi (siglo XII) a Jacint Verdaguer (siglo XIX) pasando por Calderón de la Barca, Santa Teresa y Ramon Llull, entre otros. La propuesta cuenta con obras de Bach interpretadas por un cuarteto vocal masculino.
Místicos «antisistema»
El público debe tener una actitud abierta para poder hacer el viaje hacia uno mismo que propone Alma y palabra. «Aunque a veces la vida te machaca y padeces tanto que esa actitud nace como un grito de socorro», recordó Ozores en rueda de prensa. Precisamente, eso le ocurrió a San Juan de la Cruz, que fue encarcelado en dos ocasiones por sus ideas para re
El objetivo es acercar figuras «que pueden modificar para bien nuestras vidas» Una de las obras hilvana conceptos como la humildad, el amor, la fe y el vaciado del ego
formar la Orden de los Carmelitas Descalzos. «Los primeros 30 versos del Cántico espiritual los tuvo que memorizar porque ni siquiera tenía algo con que escribir en la minúscula celda donde le encerraron», recordó Homar. «San Juan de la Cruz y otros místicos fueron algunos de los antisistema más grandes, como Gandhi y Mandela», añadió. Él y Santa Teresa de Jesús, recordó, «fueron libres y disidentes porque se enfrentaron al sistema abogando por la libertad individual y desterrando la idea de seguir la norma por la norma». Todo ello se comenta en el espectáculo donde los intérpretes explican cómo les remueven los versos de San Juan de la Cruz de quien se escucharán fragmentos de Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva.
El objetivo es acercar la figura de los místicos y «romper con la idea de que son esos colgados de la parra que se han tomado algo». Homar considera clave darles un espacio porque cree que «sus figuras pueden modificar para bien nuestras vidas». Puede sonar pretencioso hablar de búsqueda espiritual o invitar a trascender y a alcanzar otro estado de conciencia en un teatro. Pero cuando uno comprueba el arte de Homar cuando se pone a recitar en plena rueda de prensa ya no parece tan difícil de conseguir. Sus palabras son como un bálsamo.
Más que actuar, lo que hacen los intérpretes en ambos espectáculos es mostrarse a sí mismos. Intentan ser transparentes. «En la época donde todo es como si, esta época de lo virtual, el teatro de la mano de estos autores nos brinda esa desnudez que permite que nos veamos realmente los unos a los otros». Esa es la premisa útil para poder avanzar, señaló Homar, quien recordó que «cuando nos vemos de verdad, nos damos cuenta que nadie es más que nadie y solo así, desde este lugar, existe la posibilidad de que la vida tenga otro significado».
En El templo vacío los conceptos de humildad, amor, fe y vaciado del ego son recurrentes en el texto, que hilvana los diferentes fragmentos poéticos, que en Barcelona será en catalán, idioma que siempre utiliza para recitar extractos de Sum Vermis, de Verdaguer, y Llibre d’amic e amat, de Llull. Ambos autores se verán con subtítulos en castellano fuera de Catalunya. Pensamientos y poesía del Maestro Eckhart, Miguel de Molinos y Angelius Silesius completan una propuesta que muestra el punto de unión entre todos ellos. «La mística une a personas de diferentes religiones. Es como subir a una montaña desde distintos lados».
■