Economistas e ingenieros urgen al Govern a «tocar temas tabú» ante la sequía

La actual crisis de sequía que sufre Catalunya obliga a abordar temas tabú como la interconexión entre el agua del Ebro y el sistema Ter-Llobregat. Esta es la tesis que sostiene el Observatorio Intercolegial del Agua (formado por ingenieros de todo tipo y economistas) y así lo defendieron el ingeniero de caminos Carles Conill y la economista y experta en agua Montse Termes, en una conferencia ayer en el Cercle d’Economia.

«La falta de agua, con la crisis climática, será cada vez más grave», advirtió Conill. El ingeniero recordó los proyectos de trasvases que se dibujaron a principios de este siglo y que desembocaron en polémicas como la indignación surgida de la idea de trasvasar agua del Ebro hacia Almería. «Aquello condujo a hacer política con la nueva cultura del agua, que hoy ya tiene 20 años y que promovió el tripartito. Este modelo ha condicionado la planificación», dijo Conill.

Sin embargo, analizando la situación de los embalses de las cuencas internas (al 15%) y los de las cuencas del Ebro (al 42%), opina que ha llegado la hora de encarar temas complejos. Por esta razón, insistió en la propuesta de interconectar las redes del CAT (Consorci d’Aigües de Tarragona) con las de ATL (Ens d’Abastament d’Aigua Ter Llobregat). «La tubería se usaría solo en casos de emergencia y se respetaría siempre el caudal ecológico. En realidad, hoy, por el Ebro, circula mucha más agua de la que indica el caudal ambiental mínimo requerido», apuntó Conill.

Sobre la falta de desalinizadoras, tanto Conill como Termes fueron críticos. «Es difícil de entender por qué no disponemos de las dos nuevas desalinizadoras (Tordera y Foix) si en 2009 ya estaban previstas», espetó Conill. Termes admitió que se deben analizar con detalle las consecuencias de los vertidos de salmuera al mar que causan estas plantas desaladoras, pero aun así, cree conveniente acelerar las obras de estas infraestructuras.

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