La policía de Brasil cerca a Bolsonaro por intentar un golpe de Estado en 2023
▶ Las autoridades judiciales ordenan una gran operación con 33 registros que implica al expresidente, exministros y militares El juez le retira el pasaporte
La situación judicial del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro se complica con el correr de las horas. La Policía Federal (PF) ha tendido un cerco a su alrededor que también arrastra a excolaboradores civiles y militares, todos ellos involucrados personalmente en el intento de golpe de Estado contra Luiz Inácio Lula da Silva, el 8 de enero de 2023. Personal de la PF lanzó ayer una gran operación que, entre otros domicilios, llegó hasta la casa de veraneo del exmandatario en Angra dos Reis, a 170 kilómetros de Río de Janeiro. Además, el juez ordenó retirar el pasaporte del expresidente. Los agentes cumplieron 33 órdenes de registro y cuatro órdenes de prisión preventiva, e impusieron 48 medidas cautelares a los sospechosos de pertenecer a una «organización criminal», entre ellos los generales retirados Walter Braga Netto, Augusto Heleno y Paulo Sérgio Nogueira, y el excomandante de la Marina Almir Garnier Santos.
A su vez, fueron arrestados el presidente nacional del bolsonarista Partido Liberal (PL), Valdemar Costa Neto, por portar un arma ilegal, y Filipe Martins, exasesor especial para asuntos internacionales del excapitán del Ejército. El despliegue policial fue acompañado por revelaciones sorprendentes. La PF tiene en sus manos un vídeo que muestra hasta qué punto el Gobierno de ultraderecha había planeado impedir que Lula tomara posesión del cargo. Faltaban tres meses para las elecciones cuando Bolsonaro, el 5 de julio de 2022, reunió a su plana mayor y le dijo: «Voy a salir al campo usando mi Ejército, mis 23 ministros (...). No podemos esperar a que llegue el 23, mirar atrás y decir: ¿qué no hicimos para llevar a Brasil a la situación en que está hoy?». La filmación se encontraba en el ordenador que le incautaron al coronel Mauro Cid, entonces jefe de gabinete de Bolsonaro y hoy colaborador en las investigaciones.
Reuniones semanales
A Anderson Torres, secretario de Seguridad de Brasilia en el momento de la tentativa golpista y, en 2022, ministro de Justicia de Bolsonaro, instó a los conspiradores a mirarse en el espejo de la experiencia boliviana, cuando Evo Morales fue destituido por una conjura policial y militar. «Estoy teniendo reuniones con los comandantes de las fuerzas casi semanalmente. (...) Tenemos reuniones por delante, decisivas para ver qué se puede hacer, qué acciones se pueden tomar para que podamos tener transparencia, seguridad, condiciones de auditoría y que las elecciones ocurran como soñamos», dice en ese encuentro el ministro Paulo Sergio Nogueira. Bolsonaro sugiere que ministros del Supremo Tribunal Federal (STF) y del Tribunal Supremo Electoral (TSE) reciben sobornos para beneficiar a Lula. Y todos parecen asentir.
Por esos días, el mandatario arrojaba sistemáticamente dudas sobre la transparencia de los comicios. Esas acciones le han valido una inhabilitación por ocho años para ejercer cargos públicos. Pero las complicaciones de Bolsonaro aumentan. La operación Tempus Veritatis de ayer de la policía fue ordenada por Alexandre de Moraes, el ministro del STF que los golpistas tenían como blanco
Un vídeo en poder de la policía muestra cómo lo ultras habían planeado que Lula no tomara posesión
principal el 8 de enero de 2023. En virtud de las pesquisas se sabe también que Bolsonaro accedió al «borrador del golpe» presentado por Martins y hasta pidió modificaciones, entre otras, no embestir contra el entonces presidente del Senado, Rodrigo Pacheco.
De Moraes informó que el círculo del presidente y los militares que orbitaban a su alrededor se propusieron cooptar la unidad con «el mayor contingente de tropas del Ejército» para impedir que Lula iniciara su tercer periodo presidencial. Los planes no funcionaron con la eficacia esperada, al punto que el entonces ministro de Defensa, Braga Netto, expresó su irritación con los comandantes del Ejército y la Fuerza Aérea por su falta de compromiso.
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