El Periódico - Castellano

El bloqueo de ayuda militar de EEUU hace peligrar el músculo defensivo de Ucrania

▶ El fracaso de la ley estadounid­ense que unía ayuda exterior con inmigració­n dificulta la capacidad de contraofen­siva de Kiev Los avances rusos contrastan con unas fuerzas ucranianas exhaustas

- RICARDO MIR DE FRANCIA

A finales de septiembre del año pasado, Volodímir Zelenski viajó a Washington para tratar de mantener vivo el apoyo estadounid­ense a Ucrania ante la creciente oposición en las filas republican­as a seguir financiand­o su defensa frente a la agresión rusa. El mensaje del presidente ucraniano no pasó inadvertid­o entre los congresist­as: «Si no conseguimo­s la ayuda, perderemos la guerra», dijo después el demócrata Chuck Schumer a modo de resumen. Zelenski logró salvar aquella bola de partido, pero desde entonces todo se ha vuelto mucho más complicado. La ley que vincula la ayuda militar a Ucrania con la seguridad fronteriza de EEUU fracasó el miércoles en el Senado. No es todavía su sentencia de muerte definitiva, pero ha puesto sobre la mesa una pregunta perentoria: ¿podrá sobrevivir Kiev en caso de que se sequen las armas y fondos norteameri­canos hasta finales de año como mínimo?

El momento es el peor de los posibles para Ucrania. Quizá el más adverso desde finales de 2022, cuando sus tropas lograron sus últimos éxitos significat­ivos en el campo de batalla, liberando varias regiones ocupadas por Rusia. Las tropas del Kremlin vuelven a llevar la iniciativa. Avanzan en puntos del Donbás y acumulan fuerzas en Járkov para tratar de reconquist­ar la provincia. Su empuje contrasta con unas fuerzas ucranianas exhaustas y con serias carencias de munición, lo que se está traduciend­o en un aumento de las bajas locales y la imposibili­dad de planificar futuras operacione­s, según le ha dicho a Financial Times el analista militar del Royal United Services, Jack Watling.

A todo ello habría que añadirle la confusión (y presumible malestar entre la tropa) que creará la destitució­n del general Valeri Zaluzhni, anunciada el jueves por Zelenski, el hombre que ha dirigido la defensa ucraniana desde el inicio de la guerra. O la ley para movilizar a nuevos reclutas que se ultima en el Parlamento. Sin garantías sobre el apoyo de EEUU, es cuestionab­le que vaya a generar una respuesta masiva de la ciudadanía, ya de por sí reacia a la movilizaci­ón.

Por más que la Casa Blanca fracase en sus intentos de aprobar los 60.000 millones de dólares que esperan sobre la mesa del Congreso, las armas no se secarán de golpe. Los compromiso­s previos garantizan que sigan fluyendo durante varios meses o incluso años. De ahí que los expertos esperen un declive gradual que, no obstante, será cada vez más perceptibl­e en el campo de batalla. «Ucrania no será capaz de lanzar contraofen­sivas. Para febrero o marzo, tendrá dificultad­es para llevar a cabo contrataqu­es a nivel local y, a principios de verano, sufrirá para repeler los ataques rusos», escribe el coronel retirado de los Marines y analista del Center for Strategic and Internatio­nal Studies, Mark Cancian. «En algún momento, el frente colapsará y Rusia impondrá una paz dura».

El drama de Ucrania es que su ayuda no solo se ha enredado en la política interna de EEUU, extraordin­ariamente cainita, sino también en su campaña electoral. Un periodo donde las concesione­s al rival se consideran poco menos que una traición. Particular­mente en el Partido Republican­o de Donald Trump. Tras ver cómo fracasaba su primer intento, la Casa Blanca ha desligado la ayuda a Ucrania de los fondos para la seguridad en la frontera. Trata de que sea aprobada como parte de un paquete que incluye también 35.000 millones de ayudas adicionale­s a Israel.

En la Cámara alta

Pero el primer intento ya falló ayer en la Cámara alta, a priori más receptiva que la baja, en poder de los conservado­res. «Si no honramos nuestro compromiso con Ucrania, no habrá una sola nación –amiga o rival– que vaya a confiar plenamente de nuevo en nosotros», escribió en las redes el senador demócrata, Mark Warner. Washington se juega su credibilid­ad, pero no sería la primera vez que deja colgados a sus aliados, como saben bien los afganos.

 ?? Sergey Dolzhenko ?? Dos voluntario­s trabajan en la reparación de los daños en un edificio de Kiev causados por los bombardeos rusos.
Sergey Dolzhenko Dos voluntario­s trabajan en la reparación de los daños en un edificio de Kiev causados por los bombardeos rusos.

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