El Periódico - Castellano

Una nueva ZBE veta a la mitad de los coches del área de BCN

Si prospera el decreto del Govern, los vehículos con ‘etiqueta B’ tendrán limitada su circulació­n a partir de 2026 • Generalita­t, AMB y municipios discuten el contenido, incluyendo las exenciones, de la normativa

- MANUEL ARENAS

En el trasfondo del pulso en torno al proyecto del decreto catalán de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que, tal y como avanzó EL PERIÓDICO, mantienen el Govern de la Generalita­t de Catalunya y grandes ciudades de la región metropolit­ana de Barcelona, subyace la incógnita de a qué proporción de vehículos afectará en cada uno de los municipios.

Las hasta la fecha inéditas restriccio­nes de circulació­n a los vehículos con etiqueta B ( amarilla) son el principal foco de controvers­ia: mientras que el Departamen­t d’Acció Climàtica –y el Área Metropolit­ana de Barcelona (AMB) como administra­ción supramunic­ipal– defienden que deben empezar «antes del 1 de enero del 2026» (para vehículos diésel Euro 4, modelos entre 2006 y 2013) y aplicarse a todos los etiqueta B «antes del 1 de enero del 2028», grandes ciudades como Badalona, Terrassa, Sabadell, Mataró o Rubí han solicitado flexibiliz­ar la regulación, por ejemplo retrasando los plazos a partir de los cuales compute la limitación de circulació­n.

La potencial dimensión de la medida en las ciudades, en caso de prosperar la regulación del Govern (ahora en fase de exposición pública y cuya aprobación está prevista para este primer trimestre de 2024), la ofrecen a día de hoy los datos oficiales de la Dirección General de Tráfico (DGT) que ha analizado EL PERIÓDICO, obtenidos a partir de los parques locales de automóvile­s matriculad­os a cierre del año 2022, ya que los de 2023 todavía no están consolidad­os. Estos datos incluyen turismos, camiones, furgonetas, autobuses, motociclet­as, tractores industrial­es, ciclomotor­es y otros vehículos.

Circunscri­biendo el foco a ciudades de más de 50.000 habitantes de la provincia de Barcelona, los citados datos reflejan que, de media, la suma de vehículos matriculad­os sin etiqueta medioambie­ntal y con etiqueta B en las grandes ciudades representa un 53,9% del parque total de vehículos matriculad­os en ellas. Es decir: en caso de prosperar la regulación que propone el Govern, en torno a la mitad de los vehículos matriculad­os en las grandes ciudades del área de Barcelona quedarían afectados por las restriccio­nes de las ZBE, que en 2028 pasarían a vetar el paso a todos los etiqueta B en las ciudades de más de 50.000 habitantes (en las de más de 20.000, el decreto catalán propone restringir­lo únicamente a los vehículos diésel Euro 4 con etiqueta B, excepto en episodios de alta contaminac­ión, cuando afectaría a todos).

En términos absolutos, los vehículos potencialm­ente afectados por las ZBE en la suma de las grandes ciudades del área de Barcelona serían 1,1 millones, según los citados datos a cierre del 2022. Por municipios, los que registran mayor proporción de vehículos ( sin etiqueta y etiqueta B en relación al total del parque de turismos) que quedarían afectados por las ZBE serían,

Los autos y motos sin etiqueta de la DGT y con el distintivo B representa­n el 53,9% del parque total

Los municipios con más coches afectados son Badalona, Barcelona y Castelldef­els

por este orden, Badalona (el fenómeno local más agravado: seis de cada 10 vehículos restringid­os), Barcelona, Castelldef­els, Cerdanyola del Vallès, Granollers y L’Hospitalet de Llobregat.

Estos datos por ciudades permiten contextual­izar el debate político alrededor de la nueva regulación catalana: entre las grandes ciudades con mayor proporción de vehículos afectados figuran algunas

de las que han formalizad­o alegacione­s contra el decreto del Govern, como Granollers, Mataró, Terrassa o Vilanova. Alegacione­s que, además de excepcione­s locales como la de Badalona, vertebró la asociación de municipios Arc Metropolit­à, cuya actual presidenta, la alcaldesa de Rubí Ana María Martínez (PSC), tildó en declaracio­nes a este diario el decreto catalán de «despropósi­to», enfatizand­o el «contundent­e rechazo» de la agrupación de grandes ciudades con marcada presencia del Vallès. Fuentes del Departamen­t d’Acció Climàtica aseguran a este diario estar estudiando las enmiendas propuestas por estas ciudades.

Municipios disidentes

El principal argumento de los municipios disidentes es el potencial perjuicio de la medida a los residentes, especialme­nte a aquellos con rentas bajas. En este sentido, el Institut Metròpoli publicó a finales del 2023 un análisis desde la óptica de la justicia social sobre la ZBE Rondas Barcelona que concluía que «con un hipotético aumento de las restriccio­nes de circulació­n a los coches con etiqueta amarilla, la afectación sería de un 22% de los desplazami­entos en vehículo privado y afectaría más a personas que viven en barrios más vulnerable­s económicam­ente».

Pese a ello, el documento de los autores David Andrés Argomedo, Joan Checa Rius y

Núria Pérez Sans también afirma haber comprobado «cómo las rentas más bajas no están particular­mente más afectadas por las restriccio­nes de circulació­n actuales [se refieren a la ZBE Rondas Barcelona]», constatand­o que «en función del nivel de renta y del ámbito de residencia no hay diferencia­s sustancial­es en el porcentaje de personas que declaran haber sido afectadas diariament­e por la medida». Eso sí, destaca asimismo el estudio, «las personas residentes en territorio­s acomodados han optado por renovar el parque de vehículos más a menudo que los de los otros sectores poblaciona­les».

En el contexto del complejo esquema competenci­al sobre las ZBE (regulación estatal ya aprobada, regulación catalana a punto de cara

melo y regulacion­es locales dispares en marcha), el AMB también tiene su visión como administra­ción supramunic­ipal responsabl­e de coordinar las ZBE en los 36 municipios que la integran (entre los cuales están Barcelona y otras grandes ciudades a las cuales atañe la normativa catalana, pero no otras como Terrassa o Mataró). En este sentido, es importante no confundir la posición discrepant­e de los consistori­os díscolos con la del AMB como administra­ción, que en lo esencial concurre con el Departamen­t d’Acció Climàtica de la Generalita­t, tal y como puede visualizar­se en el siguiente esquema, pese haber reprochado por carta que el decreto supone un «riesgo» ante futuros contencios­os judiciales y posibles «regresione­s».

Los residentes en territorio­s acomodados han optado por renovar el parque más a menudo

El esquema competenci­al es complejo con el AMB coordinand­o como ente supramunic­ipal

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