Del negocio textil, a los bazares y los bares
Más allá de su concentración demográfica y comercial en el Eixample, la población de origen chino que reside en Barcelona y sus descendientes se han ido especializando progresivamente en distintos tipos de comercio.
El mayorista textil en la calle Trafalgar eclosionó a partir del año 2000, aunque su compleja adaptación por el idioma, la estética de las tiendas y las necesidades de espacio y distribución, les llevó a buscar naves mayores en los polígonos industriales de Badalona. A mediados de los años 90 ya comenzaron a instalarse en esa población, a un paso de la playa y a caballo casi del término municipal de Sant Adrià del Besòs, lo que podrían ser definidos como los mayoristas de los mayoristas, los almacenes que surten de mercancías a las grandes tiendas, entre ellas las de la Trafalgar.
Otra especialidad de esta comunidad fueron los bazares chinos, que vivieron también una proliferación por toda la ciudad de Barcelona y que con los años perdió fuerza ante las fuertes inversiones necesarias para tanta variedad de artículos. En ambos casos se beneficiaban de importar desde una misma zona de China, facilitando la negociación y logística de los envíos entre compatriotas.
Su especialización más reciente ha sido hacerse con los traspasos de cientos de bares del Eixample, pero también de otros puntos de la ciudad. La razón hay que buscarla en que la inversión para abrir estos locales es mucho menor y el aprendizaje de su gestión es relativamente fácil, si primero les hace un acompañamiento el titular local del negocio. En estos bares, suelen reproducir la carta tal y como la encontraron a su llegada, incorporando en ocasiones, eso sí, platos chinos.
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