Un Espanyol muerto sufre un revolcón en Santander
El equipo de Ramis firma su octava salida sin ganar fuera ante un Racing superior desde el primer minuto.
Racing de Santander Espanyol
Ezkieta; Dani Fernández, Hernando, Germán, Mario García; Aldasoro (Morante, m. 89), Sainz-Maza, Mboula, Peque (Lago Júnior, m. 72), Íñigo Vicente; Arana (Andrés Martín, m. 67) (Baturina, m. 89). Técnico: José Alberto.
Pacheco; Omar El Hilali, Sergi Gómez, Víctor Ruiz, Ian Forns (Rubén Sánchez, m. 46); Jofre (Lazo, m. 66), Pol Lozano (Keidi Bare, m. 66), Aguado (Puado, m. 76), Pere Milla; Omar Sadik (Salvi, m. 46) y Braithwaite. Técnico: Ramis.
1-0 (m. 1), Arana; 2-0 (29), Peque.
El puesto del entrenador, obviamente, vuelve a correr peligro.
Repitió Ramis exactamente el mismo once del anterior duelo en el Stage Front Stadium, en el que el bloque perico sobrevivió milagrosamente. El tanto de penalti en el último suspiro de Braithwaite después de un favor arbitral al pasar por alto el VAR unas manos de Keita Baldé alivió el drama blanquiazul, pero las heridas no estaban cerradas y volvieron a abrirse de forma traumática en el Sardinero.
Impotencia absoluta
No se había cumplido ni un minuto y el Espanyol ya perdía después de un tanto de Arana que cogió totalmente desprotegida a la zaga blanquiazul. Intentó rehacerse del golpe el cuadro catalán con acciones de Ian Forns, Jofre y Omar Sadik, pero faltaba clarividencia. El juego era espeso y costaba inquietar a un rival mucho más intenso y ordenado. El Racing creía en sus argumentos, mientras los pericos fracasaban en todos sus intentos. La impotencia era absoluta.
Pacheco empezó a desgastar sus guantes más de la cuenta hasta que un error de Víctor Ruiz en la salida de balón propició el segundo tanto de los cántabros. Peque, el delantero de L’Hospitalet con pasado azulgrana, ahondó en la crisis de un conjunto sin rumbo que llegó al descanso totalmente desorientado. No había ni un solo síntoma que hiciera pensar en una posible mutación que llevara a los blanquiazules a remontar tras el paso por los vestuarios.
Necesitaba Ramis otro milagro de los suyos y empezó la segunda parte con dos cambios. Entraron
Salvi y Rubén Sánchez, pero los minutos fueron transcurriendo entre el tedio y la intrascendencia. Más adelante llegó el turno de Keidi Bare y Lazo en busca de una reacción que se retrasaba sin remedio. Puado, recién salido de una lesión, fue la última bala para evitar el fiasco, pero la flor del técnico no apareció en esta ocasión.
El larguero de Omar en último suspiro fue una anécdota en un duelo sin noticias de Braithwaite, el habitual salvador de los pericos, perfectamente controlado por la zaga cántabra. El Espanyol solo despertó levemente en el tramo final y terminó el choque con un solo tiro a puerta en 90 minutos.
Los pericos no ganan fuera de casa desde el 5 de octubre, cuando el cuadro de Luis García ganó en Cartagena (0-2). Desde entonces, han sumado 3 puntos de 24 como visitantes, un balance desastroso para un aspirante al ascenso que sigue siendo incapaz de encadenar una racha positiva. Urgen cambios.
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