La nueva norma de la UE de envases y residuos alerta a la cadena alimentaria
▶ La gestión de envoltorios afecta a 30.000 empresas de alimentos y bebidas, 300.000 de hostelería y 25.000 tiendas
La última fase en la tramitación del Reglamento de Envases y Residuos de Envases por parte de la Unión Europea en este inicio de 2024 ha puesto en vilo a toda la cadena agroalimentaria de España, una actividad que, más allá del sector primario, afecta de lleno a 30.000 empresas de alimentación y bebidas, 25.000 tiendas y 300.000 restaurantes y hoteles que operan en todo el Estado, según constata un informe de la asociación española del gran consumo Aecoc.
Las organizaciones que forman parte de la cadena de valor del envase solicitan tres medidas técnicas para que sean tomadas en consideración en la última fase de tramitación legislativa del Reglamento de Envases y Residuos de Envases, los llamados trílogos de la UE, que comenzaron la semana pasada.
Estas medidas, según explican desde las entidades de la cadena alimentaria española (que integra a organizaciones agrarias como Asaja, UPA y Coag; a Cooperativas Agroalimentarias; Fepex, las patronales de la gran distribución Aces, Anged, Asedas y de la industria de alimentos y bebidas, Fiab, entre otras), «darían certidumbre jurídica y medioambiental a la economía y a la sociedad europeas».
La cadena de valor del envase asegura que está «comprometida» con un mayor impulso al modelo de economía circular puesto en marcha en Europa hace casi una década para que en 2030 todos los envases puestos en el mercado sean reciclables y sus residuos sean adecuadamente reciclados y tratados.
En opinión de estas asociaciones, «una legislación armonizada aporta beneficios medioambientales al reforzar los argumentos comerciales a favor de los envases circulares innovadores y las nuevas tecnologías debido al mayor mercado potencial y a la reducción de los costes operativos y administrativos. Sin embargo, hoy las empresas europeas se enfrentan a requisitos nacionales divergentes en materia de envasado, etiquetado e información, así como a prohibiciones de materiales de envasado». En ese sentido, consideran que «las empresas europeas no deberían enfrentarse a requisitos nacionales divergentes en materia de envasado, etiquetado e información ni a prohibiciones de materiales de envasado por país».
Una segunda medida técnica que piden es que la circularidad de los envases pasa por la reutilización, «pero siempre teniendo en cuenta el ciclo de vida completo del envase, caso a caso y analizando las particularidades y naturaleza de cada sector».
Ven discriminatorio limitar envases a hortalizas y frutas para su transporte y venta al público
Impacto de la restricción
Un tercer aspecto que pide el sector alimentario es que se tenga en cuenta que cada tipo de envase «desempeña un papel fundamental», lo que implica que cualquier restricción a la comercialización de determinados tipos debe tener en cuenta la función, la disponibilidad de alternativas y el impacto económico y medioambiental de la restricción».
Y consideran urgente definir y trabajar con el sector la propuesta que incluye limitaciones específicas para el envasado de las frutas y hortalizas, ya que se está realizando de una «manera discriminatoria, desproporcionada y contraproducente para un sector tan importante para España».
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