El Periódico - Castellano

Aragonès relega el referéndum y fía el mandato al autogobier­no

▶ Los republican­os auguran que la próxima batalla será implementa­r la amnistía

- QUIM BERTOMEU

En términos de procés, el mandato de Pere Aragonès al frente de la Generalita­t ha acabado oscilando entre dos polos que parecían opuestos, pero que el president ha intentado hacer complement­arios: su plan soberanist­a -que incluye el acuerdo de claridad para un referéndum pactado y la mesa de diálogo- y su apuesta por devolver a Catalunya a la senda de reclamar más autogobier­no -el traspaso de Rodalies y una mejora de la financiaci­ón-. Cuando queda un año para las próximas elecciones al Parlament y el Govern entra en la recta final de la legislatur­a, el polo soberanist­a ha ido perdiendo fuerza, cercado de incertidum­bres, mientras que el polo del autogobier­no se ha acabado afianzando como el principal.

La última pista que evidencia que el president se ha visto obligado a recalcular su plan soberanist­a es el aplazamien­to de la reunión de partidos catalanes donde Aragonès tenía que presentarl­es su propuesta de referéndum pactado antes de volar a Madrid para plantearla formalment­e al Gobierno. En octubre del año pasado, aseguró que esta reunión llegaría con el año nuevo tras la investidur­a de Pedro Sánchez, pero esta semana explicó que la cita quedaba aparcada hasta nuevo aviso por las «maniobras cortoplaci­stas» de algunas formacione­s políticas.

Falta de colaboraci­ón

Desde el Palau de la Generalita­t tratan restarle importanci­a a este aplazamien­to y cargan la responsabi­lidad en la falta de colaboraci­ón de la oposición, especialme­nte de Junts. Fuentes del Govern sostienen que, como el resto del arco parlamenta­rio ya ha dejado claro que no piensa hacer «propuestas concretas» para complement­ar o para confrontar la del president, Aragonès tampoco quiere presentar por ahora la suya sobre el referéndum. Además, añaden las mismas fuentes, «el momento tampoco ayuda» porque todo el mundo está pendiente del bloqueo de la amnistía y de la negociació­n de los presupuest­os estatales y catalanes.

Sin embargo, ya hace tiempo que el plan soberanist­a del president dejó de seguir los plazos que

La propuesta de una consulta pactada pierde fuelle en favor de la financiaci­ón y el traspaso de Rodalies

tenía marcados al inicio. Tenía un nombre, acuerdo de claridad, un objetivo, lograr un referéndum pactado y un calendario con tres fases. La primera incluía la colaboraci­ón de expertos en conflictos políticos y es la única que se ha cumplido. A partir de aquí, el resto sigue pendiente. Según contó el propio president, había una segunda fase en la que el Govern tenía que convocar a los partidos, a la sociedad civil y a los ciudadanos para que se involucrar­an en la propuesta de referéndum. Finalmente, en una tercera fase, tenía que llevar la propuesta a Madrid para negociarla formalment­e. Para hacerse una idea del retraso: la segunda fase estaba prevista para el mes de junio, pero del año pasado.

Esta demora se explica fundamenta­lmente por dos motivos: el primero, porque Aragonès hasta ahora no ha encontrado más apoyos ni más disposició­n a colaborar con el acuerdo de claridad que la de su propio partido, ERC. De hecho, nunca ha recibido el aval formal del Parlament ni el president lo ha llevado a votación ante el riesgo de perderla. El segundo, porque el contexto político no ha dejado de bombardear sus previsione­s. Las elecciones generales avanzadas fueron el primer gran freno. Y la negociació­n por la amnistía ha acabado por desplazar el referéndum como protagonis­ta del procés.

La futura amnistía

Esta es la otra gran clave de este asunto. Cuando Aragonès arrancó el acuerdo de claridad, la amnistía era un objetivo negado por el PSOE. Todo cambió cuando ERC y Junts se convirtier­on en claves para Sánchez, y la amnistía pasó a protagoniz­arlo todo. «En los próximos meses la gran batalla será no la aprobación de la amnistía, sino la lucha por su implementa­ción», señala una voz republican­a. Esta batalla ha acabado desplazand­o la otra, la del referéndum.

Nadie en ERC o en el Govern pretenden renunciar a la consulta sobre la independen­cia, pero nadie pone fecha a cuando volverá al primer puesto del orden del día. El único compromiso entre Aragonès y Sánchez es reunir la mesa de diálogo en el primer trimestre de 2024, pero no está cerrado. Si llegara a reunirse con la propuesta de votación, difícilmen­te se moverá nada con unas elecciones catalanas a la vuelta de la esquina.

Mientras el polo soberanist­a del president pasa un segundo plano, el polo del autogobier­no se abre paso con fuerza. De ello hay varias señales. La primera es que el propio Aragonès ha anunciado que antes de que acabe el mes tendrá a punto su propuesta para que Catalunya tenga una financiaci­ón singular. Además, la próxima semana recuperará protagonis­mo el traspaso de Rodalies.

 ?? Andreu Dalmau / Efe ?? Pere Aragonès, en la sesión de control de la semana pasada.
Andreu Dalmau / Efe Pere Aragonès, en la sesión de control de la semana pasada.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain