Apenas un 6% del alumnado tiene un rendimiento excelente
El porcentaje de estudiantes que ocupan los primeros niveles del informe PISA cae en España en la última década mientras que los que están en la escala de la insuficiencia llegan al 27%.
En las aulas de toda España hay pocos estudiantes que destacan y que tienen unas competencias y unos conocimientos muy superiores a la media. Oficialmente, se les denomina excelentes y son los que ocupan los puestos más altos de la escala de PISA (niveles 5 y 6). La última edición del informe –que evalúa en todo el mundo al alumnado de 15 años– cifra en un simple 6% el número de este tipo de estudiantes en matemáticas.
El porcentaje español de excelencia académica es muy pobre por sí mismo. Y más cuando se hace una comparación internacional. Japón –el país que sale mejor parado en la competencia matemática– ostenta un envidiable 23%. Pero los porcentajes medios de la OCDE (9%) y la UE (8%) también superan a España.
El nivel de excelencia actual no solo es bajo sino que ha descendido en la última década. En las anteriores ediciones de PISA (2018 y 2015), el porcentaje de estudiantes sobresalientes en matemáticas en España rondaba el 7%. Es decir, en casi una década, ha bajado un punto porcentual.
Catalunya, como el resto
Catalunya, con casi un 6% de excelencia, está más o menos en la media española. Algo más abajo queda Euskadi, con un 5%. Por encima de ambas está Madrid, con un 8%. Sin embargo, hay territorios que destacan claramente. Es el caso de La Rioja (10%), Castilla y León (9%) y Asturias (9%). En la otra punta de la escala se sitúan Ceuta y Melilla, donde el informe PISA no detecta estudiantes en las posiciones 5 y 6.
En matemáticas, el alumnado excelente -no confundir con altas capacidades intelectuales- es el que demuestra «una destreza creciente para resolver problemas cuyas soluciones requieren incorporar un conocimiento matemático que no se recoge explícitamente en la tarea», según el dictamen de PISA. También son capaces de «ejercer el pensamiento crítico y dominar operaciones matemáticas simbólicas y formales».
El escaso número de alumnos excelentes no es una noticia nueva. «Históricamente, ha sido así. El efecto socioeconómico puede influir, pero tiene que haber algo más», apunta Luis Lizasoain, experto en Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV) hasta 2018.
En opinión de Lizasoain, una de las causas puede ser la escasa atención a la diversidad. Estos alumnos no reciben la atención académica que merecen porque los docentes bastante tienen con apoyar al grueso del alumnado, los que están en las zonas intermedias y, sobre todo, los que tienen dificultades de aprendizaje. «Los estudiantes excelentes se pueden aburrir en clase y su motivación baja», concluye.
«Si no prestamos atención a los excelentes, estamos desaprovechando el talento y la capacidad. Deberíamos cuidarlos más porque son el motor de la calidad del sistema educativo», concluye el profesor, que recuerda que hay un problema añadido: los muchos (muchísimos) alumnos ubicados en las escalas majas bajas del informe PISA (niveles 1 y 2).
En España, el 27% de los alumnos (es decir, algo más de una cuarta parte) están en los niveles 1 y 2 de PISA (30% en el caso de Catalunya). Estar en esa parte de la escala implica no llegar al mínimo de competencias y conocimientos mínimos exigidos al finalizar la etapa secundaria obligatoria. Son alumnos que tienen serios problemas para entender un texto un poco complejo. Pueden hacer cálculos simples con números enteros, siguiendo instrucciones directas en textos breves y sintácticamente simples.
La comparación internacional es aquí un poco menos sangrante. En la Unión Europea, el porcentaje de alumnos en los niveles 1 y 2 es del 29%. En la OCDE, del 21%. Japón, sin embargo, solo tiene un 12% de alumnos en los niveles más bajos.
«Si no cuidamos a los estudiantes excelentes, no cuidamos nuestro capital humano. Es una injusticia considerable tenerlos frenados», subraya el filósofo y pedagogo Gregorio Luri, que añade que el sistema educativo se dedica al progreso de los que van mal y se olvida un poco de los que van muy bien, que también necesitan ayuda y acompañamiento.
Ambiente cultural rico
¿Por qué estos alumnos tienen un rendimiento académico tan elevado? «Esta pregunta requiere un análisis y un estudio riguroso. A priori, podemos decir que influyen varias cosas. Una es la genética y el cociente intelectual. Otra, la adaptación del niño a la escuela, el buen ambiente de trabajo y la disciplina en el aula. Y una tercera es no tanto el hecho de que estén muy estimulados intelectualmente en casa, sino que escuchan un lenguaje muy rico por parte de sus familias», responde el profesor Luri. Son, pues, niños y niñas que crecen en un ambiente culturalmente rico.
Luri advierte también de la importancia que tiene la riqueza del lenguaje de cara a la comprensión lectora. Especialmente, a partir de los 9 años, la edad en la que se pasa de aprender a leer a aprender leyendo.
«Si un niño no conoce muchas de las palabras que escucha en el aula, se atascará. Si tiene que leer un texto se atrancará con algunas palabras y eso hará que pierda tiempo para desarrollar la comprensión lectora. Por contra, un estudiante con fluidez lectora gana mucho tiempo y entiende todas las palabras», subraya Luri, que pone como ejemplo EEUU, el país que sale mejor parado en el informe PISA en comprensión lectora, con hasta un 15% de estudiantes en los niveles excelentes. En España, sin embargo, el porcentaje de la excelencia en comprensión lectora es del 5%, un punto por debajo de la media de la UE (6%).
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Los expertos reclaman mayor atención a los estudiantes con alto rendimiento