Milei y el papa Francisco se reconcilian en el Vaticano
▶ El pontífice disculpa como «errores de juventud» que el presidente argentino lo calificase de «representante del Maligno»
En medio de una tormenta política interna, cuando sus proyectos más audaces parecen encontrarse bloqueados, el presidente de Argentina, Javier Milei, encontró un momento de solaz en el Vaticano. Su encuentro de ayer con el papa Francisco estuvo marcado por las sonrisas y la cordialidad. El encuentro era esperado con atención en Buenos Aires, teniendo en cuenta que, en su vertiginoso ascenso al poder, Milei había llamado a Bergoglio «sorete mal cagado» y «representante del Maligno en la Tierra». Uno de sus principales candidatos a diputado, Alberto Benegas Lynch, pidió romper relaciones con la Santa Sede por las mismas razones que esgrimía el entonces candidato: la promoción que el Papa suele hacer de la justicia social, un asunto que la ultraderecha argentina califica de herético.
«Te quiero pedir disculpas por mis declaraciones», dijo Milei al jefe de la Santa Sede, según el portal Infobae. «Son errores de juventud que todo el mundo comete», habría contestado Francisco. «Un clima lleno de sonrisas y buen humor», lo definió el diario La Nación.
Milei llegó al Vaticano procedente de Jerusalén, donde hizo una encendida defensa de la política de
Israel en Gaza y prometió mudar la legación diplomática a esa ciudad, dos posturas que contradicen los llamamientos del Pontífice cuando se pronuncia sobre el drama de Oriente Próximo. Además, incorporó a su reunión con el Papa a su rabino personal, Axel Wahnish, embajador designado en ese país.
Francisco y su invitado hablaron del programa del nuevo Gobierno para enfrentar la crisis económica. Según el presidente, «el Papa se mostró satisfecho con el programa económico y su contención social». En Buenos Aires se preguntan por el efecto político del encuentro y los analistas coinciden en que Milei volvió a hacer gala de su audacia. Llamó «terrorista» a Patricia Bullrich en la campaña electoral para luego designarla ministra de Defensa. En 2018 acusó a Luis Caputo de propiciar la fuga de miles de millones de dólares cuando estaba al frente del Banco Central y hoy es su ministro de Economía.
Con la misma elasticidad para olvidar encendidas palabras del pasado, al poco de bailar con un grupo de rabinos frente al Muro de las Lamentaciones, se dejó ver emocionado en la ceremonia de canonización de Mama Antula, la primera santa argentina, y considerada una precursora del feminismo, colectivo que Milei aborrece. Tras la ceremonia, el presidente se acercó al Papa y le preguntó si podía darle un beso.
Milei tuvo ayer una segunda alegría. Fue recibido en Roma por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con todos los honores. Ambos mandatarios se saludaron con efusión en el patio del Palazzo Chigi. «Es una personalidad fascinante», había definido Meloni a Milei durante una entrevista concedida a un programa televisivo. La líder derechista destacó también la «pasión extraordinaria» del argentino. Además de ser un «showman», dijo en esa oportunidad, es «una persona seria».
Meloni destacó los lazos «profundos» que unen a argentinos e italianos, uno de los grandes torrentes migratorios que llegaron al país sudamericano desde finales del siglo XIX. Pero es el presente político el que los encuentra en una misma senda. «Roma y Buenos Aires comparten valores comunes que definen nuestra política exterior», dijo Milei, que hizo gala de su origen familiar «italiano» y explicó que «la sangre italiana» es la causa de su «pasión increíble» por las óperas de Rossini, Bellini, Donizetti, Verdi y Puccini.
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Según un medio argentino, Milei pidió perdón al Papa por sus declaraciones