Moda sostenible y exclusiva
La veterana firma catalana Desigual lleva ya tres ediciones de las colecciones ‘On Demand’, moda bajo demanda, con modelos de los que solo se producen las piezas que los clientes encargan, sin existencias físicas en las tiendas y sin estocs. La última col
Desde hace un tiempo el sector textil se sabe observado y es consciente de su mala fama. La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de CO . Ocupa también el segundo lugar en mayor consumo de agua y es responsable del 20% de las aguas contaminadas. A todo esto hay que sumar la generación de residuos textiles (los nuevos plásticos). En España, solo en 2022 se generaron un millón de toneladas de residuo textil, y, a pesar de las campañas, ¡aún no llega al 10% lo que se recicla!.
Es urgente ponerle freno y no castigar más al planeta, y todas las iniciativas que ayuden a disminuir en gran medida la generación de residuos, utilizar solo las materias primas y la logística necesarias son bienvenidas. Y si encima tienen tirón entre los consumidores, miel sobre hojuelas. En este sentido cabe señalar el esfuerzo que están haciendo algunas marcas, como la veterana firma catalana Desigual, que suma ya tres ediciones de las colecciones On Demand, modelo de producción y comercialización pionero en España, más propio de firmas pequeñas y casi un espejismo en empresas de moda internacionales.
Se trata de una cápsula periódica y efímera, que se pone en marcha varias veces al año, con prendas y accesorios para eventos especiales, creados con inteligencia artificial (IA). Además de apostar por la sostenibilidad, la «innovación transversal» es otra las preocupaciones de la veterana firma catalana, que en sus 40 años de historia, no ha dejado de transformarse. Con esta iniciativa, propone una «nueva manera de comprar y de producir». «Se podría decir que es una colaboración con nuestros consumidores, ya que les hacemos llegar prendas y accesorios solo a los que están interesados», explica Clara Delmuns, la directora de producto de Desigual.
«Queremos sorprender a nuestros clientes y seducir a una nueva generación de consumidores a través de nuevos conceptos, con una propuesta diferenciadora», comenta Delmuns, que avanza que las prendas «no están disponibles físicamente y se fabrican las cantidades que se piden». Por eso, «no hay sobrantes de estocs ».
La primera colección On Demand, que se presentó el verano del año pasado, solo estaba disponible para España, Alemania, Francia e Italia. «Pero ahora hemos ampliado al resto de mercados europeos y a Japón», cuenta Delmuns.
La última colección incluye vestidos y accesorios de aire primaveral (el consumidor la recibirá en marzo). En total son 11 prendas y complementos, «con especial protagonismo de los vestidos: tonos marfil, amarillos, blancos, estampados florales y combinando tejidos semitransparentes, tul, seda y bordados en modelos cortos, largos y midi –detalla la directora–. Contamos también con dos partes de arriba, una camisa y un jersey, y accesorios. Un bolso beige en forma de mariposa, dos pañuelos de seda y unos originales manguitos de tul».
Los precios oscilan entre 200 y 400 euros. «Se trata de productos únicos, con diseños extraordinarios creados para cada consumidor que hace la compra. Una colección bajo demanda tiene ventajas para el cliente, que desde el primer momento tiene claro el producto que quiere y su coste, que depende del tipo de materiales y tejidos que se utilicen y del proceso de creación», dice la directora.
Quizá alguien se pregunte si el proceso es como ir a la modista a encargarle un vestido. Pues no exactamente. «El equipo de diseño y producto trabajan en la creación de las prendas y complementos con ayuda de herramientas de IA. Una vez definida la colección y los artículos que formarán par
«Los consumidores evolucionan y las marcas tenemos que acompañarlos en este cambio», dice Delmuns
te de ella, se pone a la venta a través de la página web, con el máximo detalle en descriptivos de la imagen y el producto. Cuando el cliente compra el producto, funciona igual que cualquier venta online, pero con fecha de entrega de 90 días».
Y, ¿qué pasa si al llegar a casa no es lo que se espera o no queda bien? Según Delmuns, «el periodo de devolución es de 60 días a partir de la entrega», en tienda o por mensajería.
Evolución del cliente
«Los consumidores están evolucionando y las marcas tenemos que acompañarlos en este cambio», asegura, de ahí su proceso de «transformación» como marca sin perder sus valores. «Gracias a este modelo de comercialización bajo demanda podemos hacer una mejor previsión de las necesidades de materias primas, logística y gestión de estoc. Se disminuye en gran medida la generación de residuos, sobre todo al final de la cadena, en el producto terminado», apunta. En los últimos tres años, Delmuns afirma que han conseguido que «el 70% de las referencias tengan características más sostenibles, eliminando el plástico de un solo uso del packaging y redefiniendo a la baja los objetivos de emisiones».
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