El Periódico - Castellano

Pep Guardiola, 900 días de gloria

- JOAN DOMÈNECH Barcelona

El técnico de Santpedor cumple esta noche en Copenhague una cifra redonda como técnico. Ha conquistad­o 12 de las 15 ligas en las que ha participad­o en tres países y ha reunido en ese tiempo un palmarés de 37 títulos desde su debut en 2007.

Pep Guardiola i Sala (Santpedor, 18 de enero de 1971) celebra en Copenhague una efeméride: cumple 900 partidos como entrenador profesiona­l. Los primeros 900. No se adivina final en la trayectori­a del segundo técnico más laureado de la historia del fútbol –el más exitoso nunca visto en la división entre títulos conquistad­os y temporadas en activo–, ni su fórmula táctica emite señales de agotamient­o.

El vigente campeón de la Premier reanuda en Dinamarca su impecable trayecto europeo tras lograr el pleno de las seis victorias en las jornadas de la liguilla, y en la Premier, que también es suya, anda segundo en la tabla, con un partido menos que el Liverpool, al que rebasará si lo gana.

Ni los números ni la clasificac­ión habrán alterado la minuciosa preparació­n que habrá hecho Guardiola desmenuzan­do en su ordenador al Copenhague hasta encontrar la debilidad por donde herirle y dar un pasito más en el calendario. Porque el técnico del City no es de los que se recrea echando la vista atrás, sino que afronta el siguiente partido como el reto que juzgará su carrera. Así de severo es. Así de consciente es de la voracidad del fútbol.

Una voracidad mucho menos agresiva en Inglaterra que en España, donde el juicio, al menos en el Barça, es cainita como en ningún lugar del mundo. No se explica de otra manera que Guardiola vaya a cumplir en la fría y gris Manchester el doble de tiempo que en la hoy seca Barcelona, donde están la familia y los amigos.

Un año más de contrato

Cuatro temporadas aguantó en el Barça –cinco, que Guardiola nunca aparta el curso en el que dirigió al Barça B, su primer equipo campeón, de Tercera– y ocho cumplirá en el City al final de esta sesión, a la que le quedará un año más de contrato hasta 2025.

Interrumpi­ó Guardiola voluntaria­mente el ciclo más glorioso del Barça en títulos y en calidad del fútbol cansado de las insidias que detectaba en la junta, empezando por

Sandro Rosell, el presidente, y sus acólitos y para evitar «hacernos daño», término que empleó para aludir al desgaste que rozaba la relación con algunos jugadores con «las caritas» que ponían por una suplencia eventual.

Llegó al banquillo del Camp Nou en 2008 con parte del entorno en contra suya y de Laporta, que salvó por los pelos el match ball de la moción de censura de aquel verano, apedreado por varios que ahora dicen ser sus amigos. «El becario», escribían con desdén de la elección del presidente.

«Apretaos el cinturón que nos lo pasaremos bien», vaticinó Pep en la presentaci­ón del equipo el 17 de agosto de 2008. «Me he vaciado y necesito llenarme», anunció el 27 de abril de 2012 en su despedida diferida, dos meses y tres días antes de expirar su contrato, modalidad que luego secundaron Luis Enrique y Xavi Hernández.

Entre las frases ya míticas que acuñaron el hola y el adiós, el Barça

de Guardiola marcó una era que lo ha convertido en un episodio único en la historia del fútbol, trascendie­ndo las expectativ­as del propio club con la conquista de tres Ligas, dos Champions y dos Mundiales de Club y un total de 14 títulos. Ese Barça fue el primero de la historia en encadenar el sextete consecutiv­o (Liga, Copa, Champions, Supercopa nacional, Supercopa de Europa y Mundial de Clubs) y en presentar a tres canteranos (Messi, Iniesta y Xavi) en las tres primeras posiciones del Balón de Oro.

Guardiola se recargó durante un año en Nueva York, entretenid­o durante un semestre para aprender alemán para recalar en el Bayern de Múnich. Tres campañas permaneció en Alemania donde, por supuesto, conquistó las tres Bundesliga­s. Introdujo cambios en el autóctono fútbol germano, aunque no obtuvo el refrendo de alguna Champions, donde chocó, sucesivame­nte, con el Madrid, el Barça y el Atlético, campeones después los dos primeros y el tercero, finalista de la competició­n.

Mientras Pep se establecía en Múnich, se iba produciend­o un paulatino desembarco catalán en Manchester con el propósito de atraer al personaje que transforma­ría el ecosistema futbolísti­co de la ciudad. Guardiola decantó brutalment­e el balance de pesos. La ciudad roja que era del United se ha teñido del azul celeste del City. Guardiola pasó el primer curso aprendiend­o y encajando, sin poder regalar un título al equipo (la única temporada en blanco de las 15 ya terminadas), y sin escuchar tampoco ningún reproche del staff, todos devotos suyos, ni de la grada, poco exigente por el escaso tráfico de éxitos hacia el este de la ciudad.

Cinco de seis Premiers

Un año de adaptación fue el curso 2016-17, la formación imprescind­ible para una época desatada jamás vista en el rutilante Etihad, el magno escenario que acoge al mejor equipo inglés de la década, con cinco Premiers conquistad­as de las seis últimas, campeón de Europa y del mundo, que hoy visitará Copenhague, tan preocupado por encarrilar la eliminator­ia como convencido de su método.

La insuperabl­e rivalidad que une a los clubs de Guardiola con sus contrarios (Barça y Madrid, Bayern y los demás, City y United y Liverpool) condiciona el juicio a su carrera. Que hablen los números, pues. Ganador del primer sextete de la historia (2009, luego igualado por Hansi Flick con el Bayern de Múnich (2020), Guardiola tiene dos repóker más, con el Barça (2011, falló en la Copa del Rey) y el City (2023, se escapó la Supercopa inglesa).

Por encima de Guardiola solo está sir Alex Ferguson, con 50 títulos en una carrera de 39 temporadas como entrenador. El rojo con el que tiñó Manchester con el United ha sido repintado de azul por el técnico de Santpedor, que ya exhibe 37 títulos en 15 campañas completas, a falta de terminar la actual.

Guardiola ha conquistad­o 12 de las 15 ligas en las que ha participad­o y en la comparació­n con Ferguson presenta un porcentaje mayor de victorias (72,7% por el 58,1% del escocés), de goles a favor (2,46 a 1,85) y menor de goles en contra (0,78 a 0,92). Respecto a sus contemporá­neos, sus 37 trofeos rebasan el gran historial de Carlo Ancelotti y sus 27 títulos en 27 temporadas (1995-2024, no entrenó en la 2015-16) y el de José Mourinho, 26 títulos en 23 temporadas (2000-2024).

Solo Ferguson

tiene un palmarés mayor: 50 títulos en una carrera de 39 temporadas

Del «apretaos

el cinturón» al «me he vaciado», dirigió el ciclo triunfal del Barça

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Nigel Keene / AFP Guardiola sonríe durante un partido el pasado día 5 en Brentford.

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