Sudáfrica envía una «petición urgente» a La Haya para frenar a Israel en Rafah
▶ Solicita al Tribunal Internacional de Justicia que estudie si los ataques en la ciudad gazatí generarán una «mayor violación de los derechos palestinos»
Sudáfrica volvió ayer a salir en defensa de los palestinos. Esta vez, el país africano ha presentado una «petición urgente» al Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), el principal órgano judicial de Naciones Unidas, por los planes de Israel para una incursión terrestre en Rafah.
Después de que en enero el tribunal no hiciera referencia específica a un alto el fuego en su fallo, la presidencia sudafricana no tira la toalla y le pide que «considere» si «la decisión anunciada por Israel para extender sus operaciones militares en Rafah, que es el último refugio para los supervivientes en Gaza, requiere que el tribunal use sus poderes para evitar una mayor violación de los derechos palestinos» en el enclave. El lunes las tropas israelís bombardearon la ciudad, en la que se hacinan 1,3 millones de palestinos, y entraron para liberar a dos rehenes israelís, mientras el primer ministro Binyamín Netanyahu sigue haciendo oídos sordos a las peticiones internacionales para que frene sus planes.
El mes pasado, el tribunal con sede en La Haya exigió a Israel que tomara «todas las medidas posibles» para evitar que sus soldados cometan un genocidio contra los palestinos en Gaza. Fue Sudáfrica, gran aliada de la causa palestina por sus paralelismos con el apartheid sufrido por ese país, la que llevó el caso al tribunal. Desde el inicio de la ofensiva militar contra la Franja de Gaza, que ya ha matado a 28.473 palestinos, Israel ha negado cualquier acusación de genocidio.
Amparado por su derecho a defenderse por el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre, que acabó con la vida de 1.139 personas, las autoridades políticas y militares han subrayado que respetan el derecho internacional y han pedido al TIJ que rechace el caso de pleno.
«Grave preocupación»
«La ofensiva militar sin precedentes contra Rafah, anunciada por el Estado de Israel, ha causado y causará un mayor número de muertos, daños y destrucción», dijo la presidencia sudafricana en un comunicado, donde subraya la «grave preocupación» que la ha movido a presentar la petición.
«Esto supondría una grave e irreparable violación de la Convención del Genocidio y de la orden emitida por el tribunal el 26 de enero», constata. Desde aquella fecha, la ofensiva militar sobre Gaza sigue igual e, incluso, se ha intensificado con alrededor de un centenar de víctimas diarias. «Sudáfrica confía en que el asunto sea tratado con la urgencia necesaria, a la luz de la cifra diaria de muertos en Gaza», sostiene. El TIJ se negó a comentar si había recibido la solicitud.
Aunque, en su primer fallo, el tribunal no pidió un alto el fuego de forma específica, hay confianza en la jurisprudencia, ya que en casos anteriores a veces ha otorgado medidas de emergencia adicionales cuando las circunstancias sobre el terreno cambiaban. El TIJ aún no se ha pronunciado sobre si se ha producido genocidio en Gaza, pero sí que reconoció el derecho de los palestinos a ser protegidos de actos de genocidio. Por ahora, la justicia internacional ha demostrado su incapacidad a la hora de garantizar la supervivencia de los gazatís. Pese a
En enero, en su primer fallo, la corte no pidió un alto el fuego en la Franja de forma específica
los continuos desacuerdos entre las partes, la vía diplomática aún sigue en marcha.
Ayer, representantes de los servicios de inteligencia estadounidense e israelí, así como una delegación palestina, se reunieron en El Cairo con responsables egipcios y catarís, principales mediadores en el conflicto, para discutir una posible tregua en la Franja de Gaza y el intercambio de prisioneros.
La delegación israelí cuenta con miembros del Mossad, de la seguridad interna de Shin Bet y del Ejército israelí, mientras que la palestina incluye a representantes de Hamás y Yihad Islámica. La semana pasada, Hamás compartió su propuesta, que incluye un alto el fuego definitivo, algo a lo que Netanyahu se opone radicalmente.
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