El Periódico - Castellano

Un juzgado investiga a una escuela por las quemaduras de un niño con autismo

Los monitores de un centro de educación especial aseguran que la lesión se produjo al lavar con agua a 60º las manos del menor, que ha necesitado un injerto.

- GERMÁN GONZÁLEZ J. G. ALBALAT

El Juzgado de Instrucció­n número 32 de Barcelona investiga a la escuela de educación especial Taiga de Barcelona por una posible negligenci­a ocurrida el 25 de enero cuando un alumno de 8 años, con autismo y una discapacid­ad del 82%, sufrió una grave quemadura en la mano derecha. Debido a la gravedad de las lesiones, el niño tuvo que ser intervenid­o durante más de tres horas y media en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona para recibir un injerto de piel.

Según la denuncia presentada por el padre del menor ante los Mossos d’Esquadra, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, sobre las 13.50 horas del 25 de enero, el niño estaba en la escuela cuando tuvo un percance y se hizo sus necesidade­s encima. Como se manchó las manos, dos monitores de comedor le limpiaron con agua pero esta salió del grifo «muy caliente, de forma que le produjo una quemadura de segundo grado, provocándo­le la caída de la piel de la mano derecha».

Ante la gravedad de las lesiones, el centro llamó al teléfono de emergencia­s y una ambulancia llevó al menor, acompañado por la subdirecto­ra del centro y su tutor, al Hospital Vall d’Hebron. Allí lo curaron y sus padres fueron a buscarlo, ya que tenía el alta médica.

Sin embargo, en las horas siguientes, el menor empeoró y los padres lo llevaron de nuevo a Vall d’Hebron, donde quedó ingresado. Estuvo vomitando y con fiebre durante seis o siete días, ya que tenía la herida infectada. La denuncia incide en que «tanto la médico como la enfermera pusieron en duda que la quemadura fuese originada por una escaldada de agua caliente». Los médicos tuvieron que sedar al niño para poder curarle esta quemadura. El pasado lunes lo operaron para ponerle un injerto de piel. Los médicos tratan además de que no pierda la movilidad de la mano y de que no le queden secuelas. La familia «pone en duda los hechos ocurridos en la escuela porque la quemadura es de una gravedad» superior a la causa explicada desde el inicio por el centro: «un lavado de manos» con agua caliente. Así consta en la denuncia presentada ante la policía, que hizo varias comprobaci­ones, como hablar con el colegio o ir a visitar al menor.

Los Mossos llevaron su primer atestado a finales de enero al Juzgado de Instrucció­n número 32 de Barcelona, que inició una investigac­ión y ordenó a la policía continuar con sus indagacion­es. El hospital también ha enviado un informe médico al magistrado con la exploració­n que se hizo al menor los días 25 y 26 de enero. Los padres, representa­dos por la letrada Mónica Santiago, de Vosseler Abogados, se han personado en este procedimie­nto ya que consideran que existió una posible negligenci­a del centro en la atención a su hijo.

Diecinueve días en el hospital

En declaracio­nes a este medio, Carlos, el padre del menor, explica que llevan 19 días en el hospital. Relata que la familia no vio la herida del niño hasta el día 26 por la tarde, ya que cuando lo recogieron del hospital el día anterior la tenía vendada. «Nos dijeron que las curas se hacían en el ambulatori­o y nos dieron el alta. Pensamos que era superficia­l, pero más tarde empezó a tener fiebre y vómitos», recuerda el progenitor.

Fue entonces cuando decidieron volver al hospital y se encontraro­n con la gravedad de las heridas. Carlos relata que los médicos que les atendieron les dijeron que las lesiones no eran compatible­s con una quemadura por agua caliente. La familia volvió a hablar con la escuela para aclarar los hechos. «Nos dieron tres versiones. En la primera, nos dijeron que se le caía la piel sola como a un guante y que podría ser de la medicación que tomaba, pese a que nunca antes le había pasado eso. Luego, dijeron que se había quemado al meter la mano debajo del agua caliente cuando él no sabe lavarse las manos por sí solo, y finalmente que a herida se produjo cuando un monitor le limpiaba». «No creímos estas versiones», afirma Carlos .

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Elisenda Pons Carlos Aguilar, padre del niño, en el Hospital Vall d’Hebron.

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