BCN desecha instalar cámaras en los vehículos
El Gobierno de Collboni cree que la videovigilancia que grupos de taxistas piden «no es buena solución ni la más eficaz» ante robos y agresiones y pide conexión directa de los taxistas con la policía.
El gobierno del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, antepone que se modernicen los dispositivos que aseguran una conexión directa de los taxis con la policía en caso de un robo o una agresión en el interior de los vehículos a la instalación de cámaras en los habitáculos. El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, lo expresó ayer en la comisión municipal de presidencia, donde se debatieron sendas propuestas de Junts y Vox a raíz del reciente suceso en que un pasajero se masturbó en un taxi conducido por una mujer. El desagradable hecho redobló la petición de la asociación Elite Taxi para que se autorice la videovigilancia a los profesionales.
Batlle opinó que poner cámaras en los vehículos «no es una buena solución ni la más eficaz para garantizar la seguridad de los taxistas». No obstante, el concejal dejó abierta la puerta en 2021 a colocarlas y se declaró entonces al lado de la reivindicación del sector. Batlle advierte ahora que los visores podrían conllevar efectos contraproducentes para el taxi. Alertó, ayer, de una posible pérdida de clientes, incómodos por sentirse observados o por no tener la certeza de qué uso se hará de la grabación, hasta el punto de negarse a subirse a un taxi equipado con videovigilancia.
«Pero lo más importante es que la instalación de cámaras no resuelve la respuesta rápida a una situación de inseguridad, como ocurre con la conexión directa que pedimos con el 112», recalcó . La consideró «la mejor herramienta para garantizar la seguridad en el taxi».
Fallos en los dispositivos
Elite Taxi critica que los dispositivos que enlazan a los conductores con el teléfono de emergencias están anticuados y, en ocasiones, han fallado. «Queremos actualizarlos ya», manifestó Batlle. Explicó que se analizarán «soluciones con las empresas que tienen relación con el 112 para ver cuál es el mejor aparato» para no dejar a los taxistas desamparados. También se comprometió a que se peguen señales en los taxis para dejar claro que están en permanente contacto con la policía y tratar así de disuadir delitos.
Junts logró que su proposición se aprobara tras pactar unos retoques con el PSC. El texto plantea que se cree «un espacio de encuentro y trabajo permanente» en la mesa de seguridad del taxi, con la presencia de los cuerpos policiales y los colectivos de taxistas, para «analizar cuáles son las medidas posibles para garantizar la seguridad» de los profesionales, «especialmente durante la noche». También reclama un «protocolo de actuación ante casos de agresiones machistas», así como difundir «campañas de civismo» y para denunciar delitos cometidos contra los taxistas. Jordi Martí (Junts) lamentó la falta de «respuestas rápidas» y recordó que «en noviembre de 2021 ya se estaban abordando estos mismos problemas». La propuesta de los posconvergentes contó con el voto favorable de todos los partidos, excepto Vox, que se opuso al juzgar que pecaba de «exceso de burocracia». La extrema derecha –cuyas propuestas decaen por el cordón sanitario del resto de fuerzas, excepto del PP– se quedó sola con el apoyo de los populares al pedir que se permita videovigilancia en los taxis.
Batlle recordó que el reglamento del Instituto Municipal del Taxi (IMET) prohíbe colocar cámaras por ahora. En caso de modificarse la norma para ceñirse a la reivindicación del sector, subrayó que se debería tener en cuenta que la Agencia Española de Protección de Datos restringe la videovigilancia en vehículos de transporte público.
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